Borba
Borba
Localidade
La fundación de Borba se remonta a tiempos muy antiguos, cuando la Península Ibérica estaba ocupada por las tribus galoceltas, pero su importancia y desarrollo están íntimamente relacionados con la Reconquista Cristiana y la defensa del territorio.
Borba fue conquistada a los moros por los cristianos en 1217, durante el reinado de D. Afonso II, que después mandó erigir el castillo y entregó la región a la Orden de San Benito de Avis. El sucesor real, D. Dinis, que definió las fronteras de Portugal con el Tratado de Alcañices en 1297, integró Borba en la línea defensiva del territorio, debido a su localización cerca de la frontera con España. En 1302, le concedió un fuero, ordenó reforzar las murallas y definió los límites administrativos. El perímetro del municipio fue entonces marcado teniendo como referencia la extensión del término de los pueblos más cercanos: Elvas, Estremoz y Vila Viçosa. En el S. XVI, el fuero fue renovado por D. Manuel I.
Volvió a tener un papel importante en la defensa del territorio durante el S. XVII, en las Guerras de la Restauración de la Independencia de Portugal contra España. En las inmediaciones, en un lugar llamado Montes Claros, se dio la última gran batalla, en 1665. La victoria portuguesa quedó señalada en este lugar por un Monumento conmemorativo y por la construcción de la Ermita de la Virgen de la Victoria.
Un paseo atento por el pueblo le revelará el predominio del mármol, en los marcos de puertas y ventanas, en las chimeneas recortadas, en los letreros de las calles y en los monumentos. Este hecho se explica por la existencia de canteras de mármol de gran calidad en esta región. La Iglesia madre (S. XV), la Iglesia de San Bartolomé (S. XVI), el Convento de las Siervas de Cristo (del S. XVII/XVIII) o la Fuente de los Caños (S. XVIII) son buenos ejemplos de su aplicación.
Tendrá una buena oportunidad para visitar Borba durante la realización de la Fiesta del Vino y de la Viña, en Noviembre. Es también el momento ideal para probar el vino producido en esta región vitivinícola y para conocer la artesanía y la gastronomía locales.
Borba fue conquistada a los moros por los cristianos en 1217, durante el reinado de D. Afonso II, que después mandó erigir el castillo y entregó la región a la Orden de San Benito de Avis. El sucesor real, D. Dinis, que definió las fronteras de Portugal con el Tratado de Alcañices en 1297, integró Borba en la línea defensiva del territorio, debido a su localización cerca de la frontera con España. En 1302, le concedió un fuero, ordenó reforzar las murallas y definió los límites administrativos. El perímetro del municipio fue entonces marcado teniendo como referencia la extensión del término de los pueblos más cercanos: Elvas, Estremoz y Vila Viçosa. En el S. XVI, el fuero fue renovado por D. Manuel I.
Volvió a tener un papel importante en la defensa del territorio durante el S. XVII, en las Guerras de la Restauración de la Independencia de Portugal contra España. En las inmediaciones, en un lugar llamado Montes Claros, se dio la última gran batalla, en 1665. La victoria portuguesa quedó señalada en este lugar por un Monumento conmemorativo y por la construcción de la Ermita de la Virgen de la Victoria.
Un paseo atento por el pueblo le revelará el predominio del mármol, en los marcos de puertas y ventanas, en las chimeneas recortadas, en los letreros de las calles y en los monumentos. Este hecho se explica por la existencia de canteras de mármol de gran calidad en esta región. La Iglesia madre (S. XV), la Iglesia de San Bartolomé (S. XVI), el Convento de las Siervas de Cristo (del S. XVII/XVIII) o la Fuente de los Caños (S. XVIII) son buenos ejemplos de su aplicación.
Tendrá una buena oportunidad para visitar Borba durante la realización de la Fiesta del Vino y de la Viña, en Noviembre. Es también el momento ideal para probar el vino producido en esta región vitivinícola y para conocer la artesanía y la gastronomía locales.