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Quizás poca gente sepa aún que la región de Lourinhã, muy cerca del Atlántico, donde hoy podemos pasear en playas de arena rodeadas de espectaculares acantilados, fue una de las preferidas por los dinosaurios que habitaron la tierra en el Jurásico Superior, hace aproximadamente 150 millones de años.

Estos extraños seres terrestres, que nunca se tropezaron con el Hombre, ocuparon en esa remota época, la zona oeste del territorio que hoy es Portugal, donde abundaban los cursos de agua y la vegetación, que creaban el ambiente propicio para el desarrollo de su vida, que tomó forma en esos cuerpos que hoy tanto nos sorprenden. Como esta área se estaba hundiendo y, por lo tanto, se iba rellenando con sedimentos, los esqueletos se cubrieron rápidamente y se produjo la fosilización.

A lo largo de los muchos millones de años que nos separan del Jurásico Superior, estos sedimentos fueron aflorando a la superficie y, gracias al notable trabajo desarrollado por paleontólogos portugueses y también extranjeros, el Museo de Lourinhã, uno de los grandes promotores de estos estudios, hoy es famoso por su colección dedicada a la paleontología de los dinosaurios, además de poseer uno de los mayores laboratorios de preparación de fósiles, un taller de réplicas y promover, desde 2000, un concurso internacional de ilustración de dinosaurios.

En 1993, se descubrió en Paimogo, el mayor nido de dinosaurios del mundo y el único en Europa con embriones, un hecho rarísimo a nivel mundial. Conozca esta historia.

Imagen: Vladimir Bondar / Museo de Lourinhã