Monumentos

La Iglesia de S. Bartolomé, situada en el municipio del mismo nombre, es un edificio de la segunda mitad del S. XVI, construido en el antiguo solar de una pequeña ermita del S.XV. De estructura sencilla, la suntuosidad y la elegancia del mármol se nos revelan en los altares, mesas, pórticos, fuentes y pilas de su interior.

En el exterior, destaca el portal renacentista, en mármol, con bajorelieves que representan escenas del martirio de S. Bartolomé en las bases de las columnas laterales. En lo alto, en un nicho, podemos ver una imagen del santo devoto, en mármol policromado, que data del S. XVII. También es de destacar el curioso campanario, con una cúpula de bulbos decorada con banderas en las esquinas. En la fachada Este, existe un portal semejante al principal, al que se superpone un nicho que presenta una imagen de la Inmaculada Concepción, también en mármol.

Vale la pena visitar el templo por su interior, donde encontramos interesantes ejemplos de las artes decorativas portuguesas. La nave única, de tres tramos, está cubierta por una bóveda de nervaduras, totalmente pintada con ricos motivos pastoriles. Las paredes laterales, donde fueron recortadas seis capillas, están revestidas con paneles de azulejos con el curioso motivo de la "mazorca de maíz", realizados en el S. XVII.

El paso a la capilla mayor se hace a través de un elegante arco triunfal en mármol blanco y negro de la región. Allí podemos ver un interesante retablo en talla dorada. En el techo, frescos con el mismo tema que la bóveda del cuerpo de la iglesia. El revestimiento de las paredes, también en mármol de esta zona, fue colocado durante el reinado de D. João V, en torno a 1730, para substituir el anterior que era de azulejos.