El Gran Lago en el que se ha transformado el embalse del Alqueva resulta el pretexto perfecto para pasar unos días relajados y en buena compañía.

Hablamos de uno de los mayores lagos artificiales de Europa, construido en el río Guadiana. Tiene un embalse de 250 km2 y abarca cinco municipios del Alentejo, con muchos puntos de interés. En la orilla derecha nos reciben los castillos de Juromenha, Alandroal, Terena, Monsaraz y Portel y, en la orilla izquierda, Mourão y Moura son unos miradores privilegiados de esta lámina de agua.

El lago aportó una atmosfera sorprendente a esta región. Donde antes había campo, con olivos, alcornoques y encinas, ahora vemos agua y vida renovada, con excelentes condiciones para actividades al aire libre y para la práctica de deportes náuticos como la vela, el ski y el wakeboard, o para paseos en piragua y kayak, siempre tan estimulantes. Para los amantes de las caminatas y de la bicicleta de montaña, existen recorridos señalizados. Son una buena forma de descubrir costumbres y tradiciones, y de integrarnos con la población local.

Es un buen sitio para dar una sorpresa a su familia, para llevarla a dar un paseo por las carreteras panorámicas situadas alrededor del Alqueva o, aún mejor, para alquilar un barco-casa y dormir bajo las estrellas. Una idea también a tener en cuenta para un fin de semana romántico. No podemos olvidar que nos encontramos en una región cuyo cielo ha sido considerado por la UNESCO como una reserva para la observación de estrellas. Por la noche, la iluminación pública se reduce al mínimo, para proporcionar las condiciones perfectas para la observación del cielo, incluso para los astrónomos más principiantes.

No podemos dejar de ir a la nueva Aldeia da Luz, la única población sumergida por las aguas de la presa, que tuvo que trasladarse literalmente de lugar. Con el propósito de registrar todos los recuerdos de la antigua aldea, se creó un museo, en gran parte constituido por objetos de los habitantes.

Tampoco se puede perder la localidad de Monsaraz. Un pueblo-museo medieval bien conservado, con murallas y calles de esquisto que encanta y sorprende. Muy cerca, en la zona del Convento de Orada, el Crómlech de Xerez, de forma cuadrada, es de obligada visita.

En el Alqueva, al igual que en el resto del país, tampoco nos podemos resistir a los sabores de la comida regional. En este caso, destacan las açordas (sopa de ajo, pan, huevo y cilantro), las migas, los platos de carne de cerdo, los embutidos y los vinos del Alentejo.

En el Gran Lago, resulta fácil dejarnos cautivar por el turismo rural mientras disfrutamos de los placeres de la vida sencilla del campo y contemplamos la naturaleza que nos rodea.