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Construido en el siglo XIX, fue restaurado en 1923 por el arquitecto suizo Ernesto Korrodi, habiendo sido residencia de la familia Soares Franco hasta la década de 1970. Con una fachada y unos jardines de una belleza muy especial, siempre se ha asociado a la imagen de la bodega José Maria da Fonseca.

La visita por la Casa-Museo comienza con una breve explicación de la historia de la compañía, seguido de una visita a las antiguas bodegas: Adega da Mata y Adega dos Teares Novos, donde envejece el vino Periquita, entre otros, y Adega dos Teares Velhos, donde descansan los Muscatels más antiguos de Setúbal, algunos de los cuales son auténticas reliquias que tienen más de 100 años. Al final, el visitante tendrá la posibilidad de conocer y degustar algunos de los vinos elaborados por José Maria da Fonseca.

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