El tranvía es el medio de transporte ideal para conocer algunos de los ejemplares más interesantes del patrimonio histórico y arquitectónico de Lisboa, o para simplemente pasear por la ciudad.

El más conocido es el Elétrico 28, que realiza la ruta entre Martim Moniz y Campo de Ourique. Aunque se puede subir en cualquier punto, el recorrido empieza en el centro histórico, en Largo Martim Moniz, y transcurre por el barrio de Graça hacia la  iglesia de São Vicente de Fora. Continúa hacia Alfama, pasando por algunas de las calles y plazas más pintorescas de la Lisboa medieval, como son Rua das Escolas Gerais o Largo das Portas do Sol, un mirador sobre la pendiente que baja hasta el río. Desde aquí se puede llegar a pie al castillo de São Jorge en un abrir y cerrar de ojos.

Sigue en dirección a Baixa, pasando por la Catedral, de austera fachada románica, por la Iglesia de San Antonio y comienza a descender por la bulliciosa Rua da Conceição, una calle de comercio tradicional conocida entre la población lisboeta por sus mercerías.

Photo: Praça do Comércio © João Paulo

El tranvía sigue hasta la elegante colina de Chiado y para, casi con total seguridad, frente a la conocida pastelería A Brasileira. Durante todo el recorrido, merece la pena fijarse en la arquitectura de los edificios que se van sucediendo, en los azulejos que forran algunas fachadas y también, por lo menos, en algunos frisos modernistas, generalmente junto al tejado.

Pasando Largo do Camões, a las puertas de Bairro Alto donde podrá venir más tarde para cenar y divertirse en la noche lisboeta, el tranvía vuelve a bajar la calle. Más adelante, destaca principalmente el edificio de la Asamblea de la República, antiguo Convento de San Benito, en la cima de una imponente escalinata.

Pasando por la Basílica y por el Jardín de Estrela, el 28 sigue su recorrido atravesando Campo de Ourique, un tradicional barrio residencial, para dirigirse hacia Largo dos Prazeres.

Llegamos entonces al final de la línea, pero como el tranvía da la vuelta, podemos regresar de la misma forma al centro de la ciudad. Como la perspectiva es diferente, al pasar por los mismos sitios siempre se descubren otros detalles y motivos de interés.

El amarillo es la imagen distintiva de los tranvías y el 28 es el más conocido, el que aparece en todas las guías turísticas. Pero hay una versión roja, histórica, más cómoda, y con una visita guiada para no perderse ningún detalle del viaje.

Otros tranvías, otros recorridos

El tranvía 12 realiza un recorrido circular desde Praça da Figueira, pasando por Martim Moniz, subiendo en dirección al barrio de Castelo. Desde Largo das Portas do Sol, el recorrido es idéntico al del 28 y vuelve a Baixa.

En Baixa también se puede coger el tranvía 15, que va de Praça da Figueira hasta Algés y es un buen medio de transporte para llegar a Belém. Además, sigue el recorrido del río, lo que hace el viaje aún más interesante. En este caso se trata de un tranvía moderno y más rápido.

En Cais do Sodré, el tranvía 18 hace un recorrido hasta Ajuda, el barrio que queda en la parte de arriba de Belém. Es una posibilidad para llegar en transporte público al Palacio Nacional de Ajuda, la última residencia oficial de la familia real portuguesa, actualmente transformada en museo.

Desde Largo do Camões, en Chiado, el tranvía 24 es una buena opción para ir a Campolide, pasando por Príncipe Real, Rato y Amoreiras.

Además de estos, está el tranvía 25. Une Praça da Figueira y el barrio de Campo de Ourique. Por el camino pasa por los barrios de Santos, de Lapa y por la Basílica de Estrela. Es un posible trayecto para quien desee visitar el Museo Nacional de Arte Antiguo. En ese caso, hay que bajarse en la parada de “Santos” y andar unos minutos a pie.


Photo: Elevador da Glória

Tres elevadores y un tranvía de esta ciudad están considerados Monumento Nacional. En Restauradores puede subirse al Elevador da Glória para llegar en un instante al Bairro Alto, a Príncipe Real y al mirador del jardín de São Pedro de Alcântara. Al otro lado de la Avenida da Liberdade, en la paralela Rua das Portas de Santo Antão, se encuentra el Elevador do Lavra, que conduce hasta el jardín de Torel. Cerca del Chiado, el Elevador da Bica une los dos barrios antiguos más importantes en la noche lisboeta: el Bairro Alto y Cais do Sodré.

Uno de los atractivos de Lisboa, en pleno centro de la Baixa, es el Elevador de Santa Justa, un excelente mirador sobre el centro de la ciudad. Esta gran obra de la arquitectura del hierro de Portugal fue realizada en 1902 por el francés Raoul Mesnier du Ponsard, un discípulo de Eiffel.

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