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Situado en el centro de la ciudad de Funchal, en el núcleo histórico de Santa Maria, el Mercado de los labradores es uno de los lugares que la capital de Madeira ofrece a sus visitantes y, por supuesto, a toda la población, en el cual los colores, los aromas y la tradición se unen para brindar y maravillar a quién allí acude.

Se construyó en la década de los años 30 del siglo XX, según el proyecto de Edmundo Tavares (1892-1983), en una bella combinación de Art decó  y Modernismo. En este mercado podemos encontrar lo mejor de la isla: las frutas más frescas y exóticas, los vegetales y las exuberantes flores del “jardín del Atlántico”, como muchas veces se llama a la bonita isla de Madeira.

El mercado cuenta con una superficie cubierta compuesta por dos plantas, en la inferior se vende el pescado y la carne, y, en la superior, se encuentran las frutas tropicales, los vegetales y las abundantes especies, que llenan de nuevos aromas todo el espacio.

Decorando la entrada principal y también en el interior, existen varios paneles de azulejos producidos en la otrora famosa Fábrica da Loiça de Sacavém, en Lisboa, ya desaparecida.

Otra de las características más graciosas de este Mercado de los labradores es la persistencia de la tradición y del folclore, por lo que podremos encontrar a muchas vendedoras ataviadas con el traje típico madeirense, repleto de colores vivos, alegría y tipismo.