O Tarro
Restaurantes y Cafés
Es un referente de Odemira y de la región, tanto por la historia, que remonta a 1969 y lo convierte en el establecimiento dedicado a la alimentación y bebidas más antiguo de aquella zona, como por la gastronomía, sólidamente arraigada en la tradición, con recetas familiares. Está situado en la zona baja de la villa, cerca del rio, donde hay mayor ajetreo. Las instalaciones son amplias, divididas en tres salones y terrazas muy agradables: el salón principal, en la entrada, junto a otro que funciona como cafetería, y el tercero, destinado a eventos, negocios y grupos que prefieran mayor privacidad. Las sillas son cómodas y las mesas espaciosas con manteles de tela y cubre manteles de papel. Decoración sobria pero elegante. Ambiente alegre y distendido.
La cocina se caracteriza por la calidad de los ingredientes, gracias al recurso a los buenos productos de la región y al esmero culinario. Con una carta extensa y equilibrada, O Tarro ofrece atractivas propuestas: en los entrantes, aceitunas, queso de oveja y embutidos de la región, además de las almejas à Bulhão Pato, patrimonio del país; en las sopas, açorda alentejana y sopa de cazón a la alentejana con vinagre; en los platos principales, pescado de la costa, por lo general a la parrilla, cataplana de rape, filetes de merluza o de lenguado con guarnición, ensopado de cordero y diferentes tipos de filete de carne de vacuno de producción propia de la raza Limousin; y en los postres, todos de fabricación propia, según recetas familiares (herencia de la madre del propietario, fundadora del restaurante), flan alentejano (con almendra y calabaza de cidra) y flan de miel. Carta de vinos 95% alentejana. Servicio profesional.
12:00 - 24:00. De octubre a mayo: 12:00 - 23:00
No cierra (excepto los días 1 de mayo y 25 de diciembre)
Especialidad
Cordero al estilo de Tarro, que es un estofado delicioso, servido en fuente, con la carne y la salsa vertidos sobre el pan, acompañado de patatas cocidas, con aroma de hierbabuena.
Valor añadido
La ubicación y la historia son dos de los aspectos más positivos: está en el centro de Odemira, en la confluencia de la carretera nacional con el eje transversal a la villa, y remonta al final de los años sesenta del siglo pasado.