Parque Arqueológico do Vale do Côa
Arqueología
En la región nordeste de Portugal, formada por imponentes montañas, donde a principios de primavera florecen los almendros y en otoño las viñas se cubren de hojas del color de fuego, fluye hacia el río Duero, viniendo del sur, un afluente cuyo nombre se ha hecho universal: es el Côa, que contiene en su vasto valle un portentoso ciclo artístico. Milenio tras milenio, las formaciones rocosas que delimitan su cauce se han ido convirtiendo en paneles recubiertos de miles de grabados que nos han sido legados por el impulso creador de nuestros antepasados.
Remontándose al Paleolítico Superior inicial, estos "paneles" al aire libre son testimonios de una vitalidad y de una maestría de concepción y trazo que han traído hasta nosotros 25.000 años de tiempo. Esta larga galería de arte nos proporciona una visión del período Neolítico y de la Edad de Hierro, desplazándose depués de una sola vez por dos mil años de Historia para firmar, en la Época Moderna, representaciones religiosas, nombres, fechas e incluso, hace pocos decenios, algunas figuras hechas por los hijos de un molinero.
Los motivos, en su casi totalidad grabados, presentan temáticas, técnicas y convencionalismos comunes a las obras del mismo período en Europa Occidental, la cual las habria de descubrir sólo en el s. XIX, agazapadas en las grutas franco-cantábricas y que el paso del siglo habría de denominar como gran arte. Es en el s. XX cuando el arte del Côa surge de las grutas para salir al aire libre, donde un juego diario y estacional de claros y sombras lo muestra y lo esconde en una fantástica sucesión de revelación y ocultamiento.
Los últimos diecisiete quilómetros del curso de las aguas del Côa, en su rumbo de sur a norte, zona que se extiende hasta el Duero, habrían de pertenecer al primer parque arqueológico portugués, incluido desde el 2 de Diciembre de 1998 en la lista de los monumentos que la UNESCO considera Patrimonio de la Humanidad. Posteriormente, la creación simultánea del Parque Arqueológico del Valle del Côa y del Centro Nacional de Arte Rupestre, ambos con sede en Vila Nova de Foz Côa, forman parte de una importante decisión gubernamental cuyo alcance marcará, a varios niveles, en Portugal, el estatuto del arte rupestre, de la arqueología y del patrimonio cultural.
Todo este magnífico conjunto al aire libre, que destierra el viejo mito del arte rupestre encerrado en cavernas, puede ser apreciado en visitas organizadas con guías especializados (mediante reserva): Cañada del Infierno, el primero que fue descubierto, muy cerca de Vila Nova de Foz Côa, Ribeira de Piscos, en Muxagata, y Penascosa, cerca de la aldea de Castelo Melhor.
En pleno Parque Arqueológico, la Quinta de Ervamoira es un complemento a la visita de los grabados. Aqui se encuentra un museo que retrata la región y sus costumbres ancestrales, sin olvidar el antiguo ciclo del pan y la tradición en la producción de los vinos del Duero, seguramente una de las otras incontestables riquezas de esta región de Portugal.
5150-610 Vila Nova de Foz Côa
9hoo-13h00 / 14h00-18h00