Restaurantes y Cafés

Inaugurado en 1998, junto con la Pousada Castelo de Alcácer do Sal, este restaurante saca partido de todo lo que tiene de mejor esta región, afirmándose como punto de encuentro privilegiado entre los paladares de la Costa Alentejana y del Alentejo Central. El salón tiene mucha luz natural, excelentes vistas a la piscina y jardines. Como punto central de la decoración en una de las paredes hay expuesto un retablo de altar policromado del siglo XVIII. 

Tiene un atmósfera elegante pero informal, más de lo que sería de esperar en un antiguo convento situado en un castillo, probablemente debido a la proximidad de la playa. La carta está especialmente cuidada, teniendo en cuenta el equilibrio entre la delicadeza de los pescados y mariscos de la región y la carne de caza de las zonas del interior. Entre las delicias que propone el chef hay que destacar, en las sopas, la de pescado al estilo de la Costa Alentejana y la de perdiz con arroz, espinacas y huevo de codorniz; en los entrantes, las almejas abiertas en agua y mar y la alheira con grelos y col lombarda; de picoteo, las mollejas estofadas y las habas guisadas con chorizo. Entre los platos principales brillan la lasaña de verduras con dúo de tomate y crème fraîche, para los vegetarianos, el pulpo à lagareiro con patatas y grelos, la corvina braseada, guisantes tiernos y migas de tomate ahumadas, los buñuelos de bacalao con arroz caldoso a elección (con alubias, cilantro o tomate), el medallón de novillo y salsa de queso São Julião con maíz crujiente, el solomillo de cerdo con guarnición de migas con almejas y el carré de cordero con costra de perejil y quenelle de boniato y grelos. Para rematar, el bufé de repostería regional, frutas y quesos portugueses, dulces conventuales y la típica tarta de piñones. Carta de vinos cuidadosamente seleccionada con base en el Alentejo. Servicio eficiente y delicado.