Restaurantes y Cafés

El nombre evoca un hecho histórico: en 1194, D. Sancho I donó a la Orden del Hospital de S. João de Jerusalén las tierras de Guidintesta con la condición de que construyesen un castillo y cambiasen el nombre de vila de Guidintesta para Belver. Acertada decisión, porque la vista es realmente bella desde ese lugar sobre el Tajo. El restaurante goza también de una situación estratégica, a la entrada de la villa, orientado hacia el rio. Tiene un salón amplio con una galería del lado opuesto a la entrada, suelo de gres, madera en el techo y mobiliario rústico, al igual que la decoración y la ambientación. 

La cocina es típicamente regional con influencias del Alentejo, y también del Ribatejo y de las Beiras con las que linda. Por ello, entre sus especialidades se cuentan el ensopado de cordero, típicamente alentejano; el pescado del río con la açorda de huevas, característico de las poblaciones ribereñas del Tajo; la chanfana de cabra y los maranhos, de tradición beirense, aunque los maranhos se preparen a la usanza de Belver con los callos, las carnes de cerdo y de oveja o cabra, el chorizo y el jamón cocinados en la cacerola, troceados, y servidos con arroz preparado en el caldo de las carnes con hierbabuena. Otros platos populares son las migas de col con alubias que acompañan el bacalao asado o la carne de alguidar; las alubias de la matanza, así llamadas porque se sirven tradicionalmente por ocasión de la matanza del cerdo, es un guiso con alubias rojas y bacalao; el pulpo à lagareiro, el bacalao asado al horno y la lamprea, en su tiempo; y los platos del día que son los más solicitados. Repostería casera de calidad.