Monumentos

Entre 1401 y 1461, D. Afonso, 8º Conde de Barcelos y 1º Duque de Bragança, ordenó que se construyesen las murallas de Barcelos, donde tres torres indicaban las entradas en la ciudad.
La Porta do Cimo de la villa fue la única que resistió al tiempo y al reordenamiento urbano. En el s. XVI, se le añadió un remate renacentista y almenas, época en la que comenzó a llamarse Torre de la Porta Nova.

Por su robustez (una de las paredes mide 2 metros de espesor), fue Torre de la Prisión desde finales del s. XVI hasta que, ya en el siglo XX, se le confirió una nueva función sirviendo de Oficina de Turismo local, que aún se encuentra aquí.

Con la reciente renovación (2010-2013), pasó a desempeñar nuevas funciones como espacio cultural, pedagógico y turístico, convirtiéndose en uno de los espacios patrimoniales más visitados de la región. Este edificio recibió, en 2014, el primer premio "Municipio más accesible", en la categoría de Ocio/Patrimonio/Turismo.

Para completar la visita a este lugar es necesario pasar por su magnífico mirador, desde el que se puede disfrutar de una panorámica del casco histórico, del río Cávado y del monte de Franqueia.