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Ya es posible subir a la VASCO DA GAMA TOWER BABYLON 360º. En lo alto, a 145 metros de altura, se encuentra un jardín vertical natural, un bar que apuesta por la coctelería basada en especias y una vista inigualable del Tajo y la ciudad.

El ascenso se realiza a través de ascensores panorámicos y en la cima, mientras disfrutas de una vista única, cada ventana guarda un pedazo de historia o una recomendación, disponible a través de un código QR. En cada código QR, podrás conocer un poco más sobre lo que ves, pero también sobre lo que aún puedes descubrir y aprovechar. En Lisboa, pero no solo. Hay recomendaciones turísticas, notas históricas de contextualización e información.

Al igual que en varias ciudades del mundo, la VASCO DA GAMA TOWER BABYLON 360º es un punto de parada obligatorio en Lisboa. Es un mirador, pero también un bar, con una carta cuidadosamente pensada. Los cócteles están inspirados en especias del Oriente, retrocediendo en la historia de la torre, construida para la Expo 98, que también pretendía celebrar los 500 años del descubrimiento de la ruta marítima hacia India por Vasco da Gama.

La Torre Vasco da Gama está abierta todos los días. De domingo a miércoles abre de 10:00 a 00:00 horas, y los jueves, viernes, sábados y vísperas de feriados cierra a las 02:00 horas. La entrada se puede comprar en línea (www.vascodagamatower.com) o directamente en el lugar. Tiene un precio de 10€ hasta las 18:00 horas, y no incluye el consumo en el bar BABYLON. A partir de las 18:00 horas, el precio sube a 15€, pero el valor se convierte en consumible.

Más de dos décadas después, la Torre Vasco da Gama sigue siendo el edificio más alto de Portugal. La torre, diseñada por los arquitectos Leonor Janeiro y Nick Jacobs, se ha mantenido prácticamente intacta, solo se demolió una estructura anexa para dar paso al hotel. Se mantiene la representación de una carabela quincentista. En la cima, la cesta de la gavia desde donde los marineros avistaban tierra. Aunque hoy el mirador está cerrado con una cúpula transparente, cuando se inauguró la Torre Vasco da Gama, el mirador era al aire libre. Desde lo alto de sus 145 metros, sin embargo, la vista es muy diferente a la de los marineros, pero sigue siendo de 360º.