Monumentos

El Convento de Santa Iria fue construido en el s. XVI sobre un edificio muy antiguo, anterior a la fundación del castillo y está situado en las orillas del río Nabão, en el lugar en el que tuvo lugar el martirio de Santa Iria, degollada por orden de Britaldo. Su cuerpo, tirado al río, llegó a Santarém, donde según la leyenda las aguas del Tajo se abrieron para mostrar su ataúd. En medio del río, un monumento indica el lugar en el que se habría producido este milagro.

Contemporáneo a las obras de ampliación del Convento de Cristo, el templo exhibe en la fachada norte un portal renacentista. En el interior de la iglesia de pequeñas dimensiones destaca en la Capilla dos Valles un retablo notable en piedra calcárea atribuido a João de Ruão. En el exterior, por debajo del nicho con la imagen de Santa Iria, se encuentra una piedra donde está representado un toro en relieve al que algunos esotéricos atribuyen un significado simbólico, ya que el animal mira hacia el norte, en dirección al castillo templario y a la constelación Arcturus, relacionada con el personaje del Rey Arturo y las narrativas del Grial y de la Tabla Redonda.