El Tesoro de los Templarios
Reserve dos días para buscar el “Tesoro de los Templarios”, escondido en el corazón de Portugal.
El primer día dedíquelo a Tomar. Comience el recorrido en la Iglesia de Santa María do Olival, una de las primeras de estilo gótico en Portugal, cuya construcción fue ordenada en el siglo XII por el Gran Maestro de los Templarios D. Gualdim Pais, como Panteón de la Orden. En al Iglesia de São João Baptista vea los símbolos que cuentan la leyenda de la fundación de la ciudad. Muy cerca, visite la sinagoga del siglo XV, conservada de manera impecable. Por su parte, la Capilla de São Gregorio tiene la perfecta forma de la hostia, símbolo de la glorificación de la Eucaristía. Antes de subir al Castillo descanse en el Parque de Mouchão. Atravesado por el río Nabão, conserva una noria, en otro tiempo un ingenio necesario en la economía local y hoy uno de los lugares pintorescos más fotografiados.
El Castillo, fundado en 1160 por los Templarios, era el más moderno y avanzado dispositivo militar del reino, inspirado en las fortificaciones de los Cruzados en Tierra Santa. Dentro del Convento de Cristo admire La "Charola", gran cúpula templaria, la mayor y mejor conservada de Europa. Inspirada en la imagen del Santo Sepulcro es la memoria mítica de Jerusalén y del Templo de Salomón, lugar de la fundación de esta Orden. Extinguidos en 1312, por el Papa Clemente V, a los Templarios le sucede en Portugal la Orden de Cristo, que dio continuidad a su espíritu de cruzada en la epopeya de los Descubrimientos. De los lugares exóticos alcanzados por las carabelas, fue de donde llegó la inspiración para muchos de los elementos decorativos manuelinos, cuyo auge es la ventana de la iglesia, pródigamente adornada. Recorrer todo el Convento, donde se combinan los estilos románico, gótico y manierista, es como ojear un libro de historia del arte.
En el trayecto de descenso visite la Capilla de Nuestra Señora da Conceição en el más puro estilo renacentista. En Mata dos Sete Montes busque la “Charolinha”, pequeño templo escondido entre una frondosa vegetación. Más adelante, sorpréndase con el Acueducto de Pegões de 7 kms de longitud, importante obra pública del siglo XVII. Seguramente su cuerpo ya le pedirá descanso, quizás sueñe con los lugares fantásticos que ha visitado.
Castelo de Almourol ©Leoks
Para el segundo día necesitará coche. Siga la carretera hasta la presa de Castelo de Bode y, si tiene tiempo, haga un crucero por la albufera para apreciar el paisaje. En Atalaia visite la Iglesia Matriz, bello ejemplo de estilo renacentista. Siga hasta Vila Nova da Barquinha, de donde parte el barco hacia el Castillo de Almourol, que parece emerger en medio del río Tajo. Este escenario irreal hace pensar en leyendas de gigantes e historias míticas. Prosiga hacia Golegã, tierra de caballos y caballeros donde se encuentra la Quinta da Cardiga, antigua propiedad de los Templarios, hoy propiedad particular. Siga de nuevo hacia el norte en dirección a Ferreira do Zêzere para ver en Pereiro, las ruinas de la Torre de D. Gaião y visite el pueblo de Areias, en las antiguas tierras templarias.
Finalice este itinerario con otra preciosidad de este “Tesoro” –la Torre de Dornes- . Extraño ejemplar de la arquitectura militar, construida por los Templarios para la defensa del territorio, se integra armoniosamente en la bonita aldea situada a orillas de la albufera del Castelo de Bode. Es otra más de las imágenes deslumbrantes que va a llevarse.