En Guarda, la ciudad más alta de Portugal, se respira un aire saludable y ligero, propio de la montaña donde se encuentra la ciudad: la Sierra de Estrela, la mayor área protegida de Portugal. 

También de la sierra procede el granito que predomina en los edificios del centro histórico y en el pavimento de las calles, que gracias al buen estado de conservación permiten circular de manera cómoda y estable. No obstante, como se trata de una zona montañosa, la inclinación natural del terreno podría crear dificultades de locomoción en algunos puntos.  

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Le proponemos empezar la visita a la ciudad en un importante núcleo que se remonta a la Edad Media, época en la que Guarda estaba completamente rodeada de murallas, interrumpidas en puntos estratégicos por entradas que daban acceso a las principales carreteras de la región. Algunos ejemplos son la Porta da Erva (4), también conocida como la Porta da Estrela, y la Porta d’El Rei (1), un arco ojival de estilo gótico. En esta zona, cerca de la Plaza y la Rua de São Vicente, se encuentra la antigua Judiaria (2), un núcleo de calles estrechas con casas que mantienen la arquitectura original y donde descubrirá símbolos gravados en piedra. Otro punto para visitar es la Iglesia de São Vicente (3), un templo del s. XIII reconstruido en el período barroco a cuyo interior amplio y espacioso puede acceder a través de una entrada nivelada situada en el lateral derecho.

Guarda – Rua do Amparo © Pedro Sousa|Amatar

La Plaza Luís de Camões (5), también conocida como la plaza vieja, es el espacio público principal de la ciudad. Entre los edificios que la rodean destacan las casas nobles que pertenecieron a familias ricas como el Solar dos Póvoas, los antiguos Paços do Concelho, con arcadas en planta baja, y en especial la imponente catedral (6). Esta iglesia-fortaleza de estilo gótico posee un interior totalmente accesible donde podrá admirar un magnífico retablo de piedra de Ançã, una obra destacada del renacimiento tardío. 

Guarda – Catedral © Shutterstock - Liane M

Cerca, junto a una de las antiguas puertas de las murallas, se encuentra la Torre de Ferreiros (7) y, un poco más abajo, la pequeña Capilla de São Pedro (8), cuya entrada a través de unas escaleras dificulta el acceso a un espacio interior estrecho. Esta zona tiene un pavimento más irregular y que produce más vibraciones, por lo que plantea ciertas dificultades a la hora de circular.

El recorrido continúa por la Plaza João de Almeida, donde destaca la picota y la Iglesia de la Misericórdia (9), construida en estilo barroco ya fuera de las murallas medievales.  Su interior es espacioso, pero el acceso al mismo es dificultoso debido a que hay algunos escalones en la entrada, un obstáculo que también encontrará en el Museo de Guarda (10). Instalado en el antiguo Paço Episcopal, este museo expone interesantes colecciones de arquitectura, numismática, pintura y escultura, y ofrece un acceso autónomo solo en la planta baja, ya que es necesario subir escaleras para llegar a la planta superior. 

Guarda – Catedral © ARPT Centro de Portugal

Para unos momentos de reposo le sugerimos el Jardín Municipal José de Lemos (11), un espacio verde muy apacible, antes de terminar este paseo en la Torre de Menagem (12), situada a 1056 m de altitud y cuyo acceso presenta ciertas dificultades debido a que se trata de una calle inclinada y a los escalones que hay en la puerta de entrada. Esta torre aislada formaba parte de la alcoba del antiguo castillo, y cuenta con un centro de recepción, un edificio totalmente accesible. Aquí encontrará un núcleo de exposición de materiales arqueológicos y un centro de información sobre los principales puntos de interés cultural del municipio, donde podrá averiguar más cosas sobre los lugares que ya ha visitado.