Restaurantes y Cafés

Instalado en el espacio que sirvió de refectorio a los frailes franciscanos en la época del antiguo convento, el restaurante impresiona por la amplitud del salón – con paredes altas y techo abovedado, inmaculadamente blancos –, por la armoniosa disposición de las sillas y mesas, que inspiran comodidad, y por la belleza de la luz natural, que entra por el lado del jardín. En la estancia se distinguen dos áreas: la que da al jardín, más luminosa y alegre, dedicada a los desayunos, y la zona interior, más intimista y recogida, donde se sirven las demás comidas. Marcado por la sobriedad y el buen gusto, el ambiente, en ambas zonas, es de total tranquilidad y mucho encanto. 

La cocina es tradicional portuguesa con fuerte influencia regional y con elaboración y presentación contemporáneas. Entre los platos más apreciados, y que por ese mismo motivo no salen de la carta y ya son considerados clásicos, encontramos: el Queso Serpa DOP gratinado con manzana, frutos secos y miel de romero, como entrada, el cazón con salsa de cilantro y el ensopado de cordero a la pastora, con Cordero del Noreste Alentejano IGP. También merecen especial atención las sopas tradicionales, como la de tomate, la açorda de poleo con bacalao o el gazpacho, cada uno en su época. Otro punto fuerte de la carta es el bufé de postres y fruta, muy variado y muy rico, en el que prima la confitería conventual. Además del servicio a la carta, también hay un menú del día con entrante, plato de carne o pescado y bufé de postres por 33 €, precio fijo. Carta de vinos bien dimensionada y seleccionada en la que predominan los vinos del Alentejo.