Santo António
Restaurantes y Cafés
A la salida de Arronches en dirección a Campo Maior hay una pequeña desviación que conduce al Hotel Rural Santo António, instalado en un edificio con tan solo dos plantas, líneas rectas y paredes blancas, muy bien integrado en el paisaje. Diseñado para que se pueda disfrutar plenamente de la ruralidad y la belleza natural del Alto Alentejo, el edificio reproduce en el interior de sus plantas, denominadas expresivamente Agua y Tierra, los colores y texturas del paisaje alentejano. Pero si el hotel se inserta y pone en valor el ambiente, también el restaurante Santo Antonio preserva lo mejor de la gastronomía alentejana. Situado en la prolongación de la recepción, en un amplio salón decorado con sobriedad, totalmente orientado hacia el exterior, a través de grandes puertas y ventanales que lo unen al campo y lo llenan de luz natural.
La carta abre precisamente con “sabores alentejanos”, entre los que resaltan los quesos y embutidos de la región, en concreto la cacholeira asada en aguardiente y el Lomo Embuchado de Portalegre IGP, las sopas típicamente alentejanas, como la de tomate a la campesina, la açorda con huevo escalfado y el gazpacho. Entre los platos principales cabe señalar los típicamente alentejanos, como las migas de pan alentejano con carne de cerdo frita, los de elaboración alentejana, como los medallones de novillo a la parrilla o fritos con ajo y patatas de la abuela, y otros siempre solicitados por los clientes, como el bacalao frito a la Santo António y los medallones de cerdo del chef envueltos en bacon. En los postres, además de la repostería conventual sobresalen el cheesecake de frutos del bosque y la serradura. Asimismo merecen especial referencia los menús infantiles con cinco alternativas. Carta de vinos de la región, y alguno que otro de fuera. Servicio eficiente y amable.
12h00-15h00; 19h00-22h00
Especialidad
Los medallones de novillo a la parrilla, que destacan por la excelencia de la carne alentejana, con plantas aromáticas y aceite de oliva local como únicos condimentos.
Valor añadido
El paisaje idílico se contempla desde el comedor y llega prácticamente hasta sus tres puertas, con los campos de pasto, los animales, los dos embalses de regadío y algún arboreto.