Alcoutim ya no tiene las murallas que defendieron su frontera durante siglos, pero conserva el ambiente tranquilo de un pueblo de montaña del Algarve.

A orillas del río Guadiana, la historia del pueblo de Alcoutim está estrechamente ligada al hecho de estar situado donde se dejan sentir las mareas, que obligaban a los barcos que transportaban los productos de la región a esperar durante horas unas condiciones de navegación favorables. Sin embargo, desde la antigüedad, su posición estratégica en la frontera con la vecina ciudad española de Sanlúcar del Guadiana obligó a construir estructuras de apoyo y defensa, de las que algunos restos se han convertido en puntos de interés para visitar.

Un paseo de unos minutos le llevará a descubrir casas centenarias y monumentos como la Iglesia de la Misericordia (Igreja da Misericordia) y el Castillo, sede del Núcleo Museológico de Arqueología (Núcleo Museológico de Arqueologia), donde podrá ver la mayor colección de juegos de mesa de época islámica procedente de un único yacimiento arqueológico.

En Alcoutim, es imprescindible bajar a la orilla del río, jalonada por la sobria ermita de San Antonio (ermida de Santo António) y la antigua Casa de los Condes de Alcoutim (Casa dos Condes de Alcoutim), para saborear unos momentos tranquilos con una bebida fresca en una terraza, mientras observa los barcos de pesca que regresan o los veleros anclados en el pequeño puerto deportivo.

Al ser un pueblo fronterizo, hay muchas historias de contrabandistas y viejos caminos recorridos en secreto que cobran una nueva vida como senderos para observar la naturaleza, el paisaje y las costumbres locales. La Fiesta del Contrabando (Festival do Contrabando) en marzo y los encuentros de Camineros (Caminheiros) que se celebran a lo largo del año son momentos especiales para conocer los secretos y misterios de Alcoutim. Si le gustan los largos paseos, puede elegir Alcoutim para iniciar la Ruta del Guadiana (Rota do Guadiana), que sigue el curso del río, y la Vía del Algarve (Via Algarviana), que atraviesa el interior del Algarve de este a oeste.

El contrabando fue el medio de vida de muchas familias durante buena parte del siglo XX, especialmente en la época de la Guerra Civil española (1936-1939) y en los años posteriores. Los productos variaban con el tiempo y según las necesidades. Se dice que el café, el azúcar, los huevos, el arroz, el jabón, la harina, el pan, los higos, la lana y el tabaco procedían de Portugal, mientras que las telas, los jabones, los perfumes, el coñac y la almendra en grano llegaban del país vecino.

A lo largo del año, hay otras épocas en las que merece la pena visitar Alcoutim y vivir de cerca algunas de las festividades más importantes para la cultura y la identidad locales, como las Fiestas de Alcoutim (Festas de Alcoutim), que tienen lugar a principios de septiembre, o el programa "Alcoutim Con Vida" (“Alcoutim Com Vida”), con conciertos y espectáculos todos los miércoles en los meses de verano. Quien pase por la ciudad el 15 de agosto podrá contemplar la Procesión Fluvial de Nuestra Señora del Carmen (Procissão fluvial da Nossa Senhora do Carmo), en la que embarcaciones portuguesas, españolas y extranjeras se engalanan para acompañar a la imagen por las aguas del Guadiana.

Uno de los encantos de Alcoutim es el río, donde podrá dar paseos en barco, practicar actividades náuticas e incluso llegar a la otra orilla en un famoso tobogán transfronterizo, sobrevolando el Guadiana.

En el interior del Algarve, y con río, no puede perderse un rato de ocio en la playa fluvial de Pego Fundo, en medio del paisaje rural del nordeste del Algarve.

En cuanto a las especialidades gastronómicas, le recomendamos las especialidades de cerdo negro (criado en la región), los platos de pescado de río y los platos de caza. El pan tradicional, cocido en horno de leña, es la base de delicias regionales como las migas, el gazpacho y la açorda (sopa de pan). De postre, pruebe el nógado. Es un dulce de origen árabe, elaborado tradicionalmente con frutos secos sumergidos en miel hirviendo tras ser machacados en un mortero. También los hacen con masa de harina de trigo.

Cerca de allí, merece la pena visitar los Menhires de Lavajo (Menires do Lavajo) y las Ruinas de Montinho das Laranjeiras, así como el Museo del Río (Museu do Rio), situado en el pueblo de Guerreiros do Rio. Es un buen lugar para conocer las tradiciones, técnicas, artefactos y recuerdos vinculados al río Guadiana y a las poblaciones ribereñas. Cerca del pueblo de Pereiro, en el Monte Zambujo, el Núcleo Museológico de Santa Justa, que recrea una escuela primaria de finales de los años 50, es un homenaje a todos los maestros de la comarca.