Pasee por las carreteras del interior centro y entre ríos, riberas y sierras, descubra aldeas donde la pizarra domina el paisaje. 

En una zona montañosa de vegetación exuberante, Vila Cova do Alva conserva un aura de nobleza que la distingue. Siéntala dando un paseo por las calles en las que descubrirá casas solariegas del s. XVII e iglesias del s. XVIII. Y si viene un día caluroso de verano, refrésquese en la playa fluvial del Río Alva, mientras se deslumbra con la belleza de la vegetación que la rodea.

En la ladera norte de la sierra del Colcurinho, a una altitud de 500 metros aproximadamente, la Aldeia das Dez proporciona una vista fantástica a las sierras del entorno. En general, ofrece excelentes puntos de observación pero uno de los mejores es, sin duda, el Mirador Penedo da Saudade desde el que se divisa la confluencia de los Ríos Alvôco y Alva en el puente de las Três Entradas ¡un paisaje que nos atrapa! Y para ayudarle a identificar lo que sus ojos ven, también encontrará aquí un painel informativo de azulejos con los principales puntos históricos de interés.

En el camino de la Sierra de la Estrela, en la vertiente oriental de la Sierra de Açor, se sitúa Sobral de São Miguel, un pueblo muy antiguo asociado a la ruta de la Sal, el camino que los mercaderes seguían para traer este condimento indispensable desde el litoral hacia el interior. Recorra las calles de la aldea y aprecie el conjunto urbano tradicional, los fontanales, molinos y lagares, o los hornos comentarios que todavía son utilizados actualmente por la población. Para recuperar fuerzas, termine este paseo probando los manjares locales como la miel, los embutidos o las "tigeladas" (natillas), y llévese el sabor de estas aldeas preservadas.