Castelo Novo
Castelo Novo
Localidade
Enmarcada en el soberbio anfiteatro que forma la Sierra de Gardunha, la aldea histórica de Castelo Novo sorprende por los bellos ejemplos de casas señoriales que pertenecieron a familias nobles de la región.
Su castillo, edificado en el s. XII sufrió grandes estragos con el terremoto de 1755, recibió el nombre de "novo" (nuevo), ya que en las inmediaciones existía otro que fue abandonado por no contar con buenas condiciones para la defensa del lugar. Así se explica que la aldea recibiese el nombre de Castelo Novo.
En el Largo da Bica el edificio medieval de los Paços do Concelho presenta varios elementos curiosos, principalmente una fuente barroca (s. XVIII) adosada a la fachada de granito, coronada con las armas del rey D. João V, que introduce una nota algo disonante en la simplicidad medieval del edificio.
Detrás, como un centinela protector y atento, la antigua torre principal del castillo, despojada de sus funciones guerreras, indica las horas a la población de la aldea. De una vida en comunidad que el tiempo ha borrado, perdura la Lagariça, enorme lagar cortado en la roca en el que durante siglos se pisó el vino para los habitantes de la aldea.
No se marche sin visitar la bonita villa de Alpedrinha, justo al lado de Castelo Novo.
Su castillo, edificado en el s. XII sufrió grandes estragos con el terremoto de 1755, recibió el nombre de "novo" (nuevo), ya que en las inmediaciones existía otro que fue abandonado por no contar con buenas condiciones para la defensa del lugar. Así se explica que la aldea recibiese el nombre de Castelo Novo.
En el Largo da Bica el edificio medieval de los Paços do Concelho presenta varios elementos curiosos, principalmente una fuente barroca (s. XVIII) adosada a la fachada de granito, coronada con las armas del rey D. João V, que introduce una nota algo disonante en la simplicidad medieval del edificio.
Detrás, como un centinela protector y atento, la antigua torre principal del castillo, despojada de sus funciones guerreras, indica las horas a la población de la aldea. De una vida en comunidad que el tiempo ha borrado, perdura la Lagariça, enorme lagar cortado en la roca en el que durante siglos se pisó el vino para los habitantes de la aldea.
No se marche sin visitar la bonita villa de Alpedrinha, justo al lado de Castelo Novo.
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