Mosteiro de Arouca
Monumentos
Al principio estaba constituido por una comunidad doble -masculina y femenina- convirtiéndose luego en un monasterio para monjas y adoptando la Regla de S. Benito a finales del siglo XI. La afiliación a la Orden del Cister, que tuvo lugar en el siglo XIII, está asociada a la figura de la Infanta D. Mafalda, hija de D. Sancho I que, en 1220, decidió incorporar a las religiosas en la nueva Orden. Dotado de un vasto patrimonio, llegó a ser uno de los más importantes monasterios para monjas de Portugal.
Retirada en este convento, D. Mafalda ganó fama de santa, sobre todo gracias al descubrimiento posterior del estado incorrupto de su cuerpo, siendo beatificada D. Mafalda en el siglo XVIII. El convento fue cerrado definitivamente en 1886, con la muerte de la última monja abadesa.
Los edificios monásticos están integrados en el entramado urbanístico del pueblo de Arouca y, aun siendo de origen medieval, reflejan las grandes transformaciones llevadas a cabo en el siglo XVIII. Tan sólo los restos de un rosetón del siglo XIV y una inscripción del siglo X dan cuenta de su antigüedad.
En el interior de la iglesia llama poderosamente nuestra atención el equilibrio entre la arquitectura y la ornamentación barroca, con bellos retablos de talla dorada, obra de Carlos Gimac. En el lado derecho de la nave, sobre un altar, se encuentra la tumba de D. Mafalda, de 1793. En el espacio del coro, no deje de admirar el órgano del siglo XVIII y la inigualable sillería, con pinturas en lienzo que representan escenas de la vida de los santos, de la Virgen, de Cristo y de Santa Mafalda.
Para conocer las dependencias monásticas es necesario visitar el Museo de Arte Sacro, que conserva una parte significativa del mobiliario del antiguo convento. Podrá recorrer en esta visita la sala del cabildo, con sus paneles de azulejos historiados del siglo XVIII, la amplia cocina con la chimenea, el refectorio y el claustro de finales del siglo XVIII.
4540-108 Arouca