Monumentos

Convento de Jesús en Aveiro
La fachada actual del convento data del s. XVIII y en ella se inscriben tres portales con bonitos frontones, viéndose el blasón real en el del medio. El edificio conserva algunos espacios destinados al día a día conventual: el atrio, donde se encontraba la portería, el claustro del s. XV, que conserva una columnata renacentista, algunas capillas manuelinas decoradas con azulejos y la casa capitular.

En el interior de la iglesia, merece especial atención la capilla mayor por el notable trabajo de talla dorada, de finales del s. XVI, recordando una obra de orfebrería. En las paredes forradas con paneles de azulejos se ven seis lienzos representando momentos de la vida de Santa Joana Princesa, hija del Rey Afonso V.

En el coro bajo de la iglesia, donde las religiosas asistían a los oficios litúrgicos, se encuentra el sepulcro de Santa Joana, pieza de notable ejecución con finísimas incrustaciones de mármoles italianos de diversos colores. Su instalación fue autorizada por bula del Papa Pío II, en 1461. El sepulcro está rodeado de una decoración parietal de talla, azulejos y mármol, bajo un techo policromo - estilo barroco. En el mismo han trabajado artistas portugueses, debiéndose su diseño a Manuel Antunes, arquitecto regio. Iniciada la obra en 1699, por orden de Pedro II, sólo en 1711 se depositaron las cenizas de la Infanta, a la que Aveiro dedica una fiesta religiosa el 12 de mayo (festivo municipal), efeméride de su muerte, que incluye una peregrinación a este lugar, y procesión, esencialmente litúrgica, en la cual participan personajes civiles, como damas, caballeros, infantes, pajes y otras figuras.