Subiendo el Douro hasta las fincas del vino
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Hasta finales del siglo XIX el Duero era la gran vía de acceso al interior de la región y la vía de transporte para los productos de la tierra distante y también para los habitantes de toda la zona.
Debido a su curso difícil, cortado por obstáculos naturales, solamente una única y muy antigua embarcación, el llamado "barco rabelo", conseguía, gracias a su robustez y al valor de los hombres que maniobraban el barco, vencer las condiciones adversas de su largo recorrido.
Actualmente, la construcción de varios embalses y presas, han hecho que la navegación discurra fácil y pacíficamente a lo largo de una extensión de 210 km, entre Oporto y Barca d'Alva.
Los barcos de crucero salen de Porto para paseos que tardan, en general, un día. Hasta Peso da Régua se vencen dos desniveles del río a través de las compuertas de Crestuma/Lever y de Carrapatelo. Las duras y bellas vertientes de terrazas, en las que se plantan las viñas del vino de Oporto, empiezan cerca ed Barqueiros, y, extendiéndose hasta más allá de Pinhão, ofrecen uno de los más impresionantes paisajes rurales construidos por el hombre.
Si elige un crucero de más de un día, se alojará en hoteles de 4 estrellas o en establecimientos de turismo rural y tendrá un programa completo que incluye visitas a monumentos de la región, cenas temáticas, folclore, degustaciones de vino, entre otras actividades que harán que su estancia sea inolvidable.
Las excursiones a lo largo del río le permiten disfrutar de paisajes únicos y conocer la tradición, la cultura y la gastronomía de la región, que tiene en la zona del Douro un testimonio único digno de ser visitado.