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Esta capilla está considerada como una de las grandes obras existentes en la Iglesia de São Roque, pues es representativa de la influencia del arte europeo en Portugal, durante el s. XVIII, combinando los elementos rocaille en una estructura de líneas austeras neoclásicas. D. João V la encargó en Italia en 1740 y fue inaugurada oficialmente en Lisboa en 1750. Sus autores fueron los arquitectos italianos Luigi Vanvitelli y Nicola Salvi, que contaron con el esfuerzo de más de 130 artistas para concluir la obra.

Antes de enviarla a Lisboa, el Papa Benedicto XIV la consagró en Roma, en la Iglesia de Santo António de los Portugueses. Fueron necesarias tres naves para su transporte. Las incrustaciones y los materiales preciosos que cubren toda la capilla, pedidos específicamente por la corte portuguesa, son notables. Entre otros materiales nobles, si observamos, podemos encontrar lapislázuli, ágata, verde antiguo, alabastro, mármol de Carrara, amatista, pórfido rojo, blanco-negro de Francia, tilita, diásporo y jade.

Además del espacio físico en el interior iglesia, la Capilla de São João Baptista tiene una rica colección de piezas de culto, ornamentos, accesorios litúrgicos y documentación que puede observarse en el Museo de São Roque, instalado en el edificio contiguo a la Iglesia.