Zonas Protegidas

Zona húmeda de importancia internacional, la Ría Formosa es un laberinto de canales, islas, marismas y bancos de arena, que se extienden a lo largo de 60 km del litoral algarvío, entre las Playas de Garrão y Manta Rota.

Esta diversidad de ecosistemas atrae a una variada fauna que incluye numerosas especies de aves como la gallina-sultana, símbolo del Parque Natural. Si quiere admirar esta ave de vistoso plumaje y saber todo sobre el área protegida, comience su visita por el Centro de Educación Ambiental de Marim, donde le indicarán los senderos más apropiados y los observatorios donde puede ocultarse para observar el día a día de las diferentes especies. El Parque también organiza paseos en una tradicional barca, antiguamente utilizada en la pesca del atún.

Una de las especies más simpáticas que puede encontrar aquí, es el perro de agua portugués. Se trata de una raza de perros de pelo largo y rizado que ayudaban a los pescadores en su faena en los barcos de pesca, zambulléndose en el agua para coger los peces que quedaban atrapados en las redes.

La pesca, la extracción de sal y la recolección de mariscos son las actividades tradicionales de las poblaciones de la Ría que, con sabiduría y arte, crearon deliciosas especialidades gastronómicas, como la sopa de pescado o el arroz de marisco, que podrá saborear tranquilamente en los restaurantes a orillas del mar.

Si le gusta el sol y el mar, encontrará auténticos paraísos en las islas de la Ría Formosa. De Este a Oeste se suceden las islas de Tavira, Armona, Culatra, isla del Farol y de la Barreta, con playas extensas poco frecuentadas. Para rematar el paseo, visite Cacela Velha, una pequeña aldea típica sobre un acantilado con un paisaje deslumbrante en el que se mezclan los azules de la ría, del mar y del cielo.