Vuele hacia las Azores y deslúmbrese con la belleza de estas nueve islas, que tantas aves eligen para refugiarse o sólo para una corta estancia. 

El verde es el color predominante en el paisaje y tiene origen en la vegetación exuberante, a la que flores como las camelias, azaleas y, sobre todo, las hortensias, añaden tonos de rosa, lila o azul. Esta riqueza vegetal aliada a una situación geográfica privilegiada en medio del Atlántico es el destino de muchas especies de aves terrestres y acuáticas, reuniéndose aquí una diversidad difícil de encontrar en otras partes del mundo.

El propio nombre que los descubridores dieron al archipiélago se debe, según se piensa, a las aves que avistaron y que se suponía que eran azores. Pero, en realidad, eran milanos, aún hoy presentes en casi todas las islas. También las cagarras son muy numerosas y las noches de primavera y verano, sus cantos peculiares resuenan por todas partes. Estas aves desaliñadas en tierra, vuelan con gran pericia, a rasante sobre las olas del mar, mientras perfeccionan las técnicas de pesca.

Si busca especies raras elija la isla de São Miguel. La Zona de Protección Especial del Pico da Vara es el único lugar en el mundo en el que podrá avistar el pequeño camachuelo de las Azores, el ave más amenazada de Europa. Aquí también viven otras especies como las currucas o los pinzones vulgares. Al sur, la Ponta da Galera es el reino del charrán común, pero existen unos parajes excelentes para la observación de aves. Algunos son verdaderamente deslumbrantes y tienen presencia obligatoria en cualquier recorrido turístico, como las Lagunas das Furnas y das Sete Cidades, o el Islote de Vila Franca do Campo.

Las islas del grupo Occidental reciben especies procedentes del continente americano, que aquí llegan accidentalmente, en el transcurso de sus rutas migratorias. En la isla das Flores, junto a la Laguna Branca, encontrará incluso un Observatorio desde el que puede seguir los movimientos de las aves neárticas. El acceso se realiza por un camino peatonal para no perturbar la tranquilidad que impera en el seno de esta vegetación exuberante.

En el extremo oeste del archipiélago, Corvo es muy conocido por los ornitólogos. Sobre todo en otoño, esta pequeña isla con nombre de pájaro es frecuentada por aves que raramente se avistan en otros puntos de Europa que, por un conjunto de fenómenos esencialmente meteorológicos, se desvían de su ruta migratoria hacia América. Talvez estas aves se sientan igualmente atraídas por algo que tienen en común las nueve islas y que también le podrá agradar a usted – naturaleza en estado puro y una paz difícil de igualar.