Restaurantes y Cafés

En la planta baja de un edificio antiguo, junto a la iglesia de S. Sebastião, en el centro de Alandroal, hay un restaurante muy agradable, con ambiente y cocina típicamente alentejanos. La decoración es sencilla, aunque sugestiva: un carro cargado con una cuba, en alusión al transporte de las uvas, en el salón de la entrada; grandes tinajas de barro, recuerdan como se hacía el vino, en el salón principal; motivos relacionados con la tauromaquia, en el reservado, dan testimonio de la afición de la familia Ramalho. La Adega dos Ramalhos guarda las memorias y difunde los sabores de su región. 

La cocina no tiene artificios, tan solo buenos productos, de origen local, elaborados con una simplicidad cuidada que los pone en valor. El pan alentejano es delicioso, así como el queso de oveja del Alandroal, y lo mismo ocurre con el jamón y el chorizo de cerdo alentejano, los pimientos asados y demás entrantes. Entre los platos principales, sobresalen el cocido de garbanzos en calabaza – carne de cerdo de la dehesa, farinheira blanca y negra, morcilla, chorizo, garbanzos, calabaza, patata, judías verdes y plantas aromáticas – la sopa de cazón y la de barbo, con sus aromas a cilantro y poleo, respectivamente, las migas con costillar y el ensopado de cordero, intensos y sabrosos. Los platos a la parrilla, en especial lagartos, secretos y solomillo de cerdo alentejano, brocheta a la alentejana, picaña, trozo de ternera, chuletas de cordero y bacalao de Ramalho convencen y atraen cerca de la mitad de los pedidos. Muy ricos los postres, con el pão de rala, la miel y la nuez y la sericaia con Ciruela de Elvas DOP. Carta de vinos básicamente alentejana, buen vino de la casa, de producción local. Servicio eficiente y amable.