Navegar en la costa del Algarve
Con casi 200 kilómetros de costa, un clima excelente y aguas tranquilas, el Algarve ofrece unas condiciones excepcionales para navegar, incluso si no se tiene barco, ya que siempre existe la posibilidad de alquilar uno o de embarcarnos en los cruceros que dan a conocer la belleza del litoral.
Y conocer la región desde el mar es algo completamente diferente, que nos sorprende a cada instante. De las rocas doradas en las que la erosión ha esculpido grutas y formas exuberantes, sobre todo entre Lagos y Albufeira, a los acantilados rojizos y dunas blancas que enmarcan amplios arenales, el paisaje ofrece mucha variedad. El agitado mar de occidente, cerca de Sagres, se templa y tranquiliza según nos dirigimos hacia el este, haciendo esta aventura más relajante.
También hay ríos navegables, como el Arade, que entre Portimão y Silves posee rincones de gran belleza, con fuentes de agua cristalina, una vegetación inmensa y recuerdos de la presencia árabe. En el extremo este, la subida del Guadiana es un paseo agradable entre las amplias orillas, en las que podemos divisar molinos, casas típicas y campos de pastoreo. Y por el medio de la ría Formosa, una zona protegida de marismas, dunas e islas casi desiertas con arenales que parecen no tener fin bañados por aguas transparentes.
Podemos conocer esta diversidad a bordo de las pequeñas embarcaciones autorizadas o en los paseos organizados por diversas empresas. Muchos de ellos incluyen comida a bordo o una típica sardinada portuguesa en una tranquila bahía. Y también hay paseos con una vertiente ecoturística para la observación de la fauna y flora en el Parque Natural de Ria Formosa y en la Reserva Natural do Sapal de Castro Marim e Vila Real de Santo António.
Pero para quién dispone de título, nada mejor que navegar al timón de una embarcación y descubrir ensenadas escondidas entre dunas y acantilados, playas desiertas y salvajes inaccesibles por tierra. Sumergirse en estos parajes bajo del cálido sol del verano del Algarve hace que nos sintamos en el paraíso. Y ni siquiera hay que tener barco, ya que diversas empresas los alquilan por horas o días. Y para los que les gusta pescar poniendo a prueba su adrenalina intentando capturar especies grandes, el Algarve es un buen destino para la pesca de altura, sobre todo en las aguas más occidentales.
Con mar y vientos favorables, aquí se dan las condiciones adecuadas para la celebración de pruebas de vela que atraen a participantes de diversas partes del mundo. Como escenario o punto de escala, el Algarve es una presencia constante en los calendarios de los más prestigiosos eventos internacionales de la modalidad. Y navegar está al alcance de todos, ya que la mayoría de las ciudades y pueblos del litoral cuentan con muchas escuelas y clubes náuticos en los que se puede aprender. Es otra forma de descubrir el Algarve, basta trazar una ruta, izar las velas, soltar amarras y partir a la aventura.