Guimarães
Para no perderse
- conocer el Parque de la Ciudad
- Pasear por los diversos recorridos señalizados en el entorno de la ciudad
- Visitar Citânia de Briteiros
La ciudad de Guimarães se considera la cuna de Portugal porque aquí nació Alfonso Henríquez, que se convertiría en el primer rey de Portugal.
Asociada a la formación e identidad de Portugal, la UNESCO catalogó la zona intramuros del centro histórico de Guimarães como Patrimonio Mundial, gracias a los valores de originalidad y autenticidad utilizados para su recuperación. En la actualidad, la ciudad todavía cuenta con un conjunto patrimonial armonioso y bien cuidado que se puede ver en graciosas barandillas de hierro, balcones y pórticos de granito, casas señoriales, arcos que unen calles estrechas, losas del suelo pulidas por el paso del tiempo, torres y claustros. Por momentos nos sentimos transportados a un escenario medieval, en el que la nobleza construyó sus viviendas, como la casa Mota Prego, el Palacio de Vila Flor, de Toural y tantos otros que aportan a Guimarães una atmosfera única.
Podemos comenzar por el corazón de la parte baja de la ciudad, el Largo da Oliveira, donde se encuentra el Padrón de Salado y la Iglesia y Colegiata de Nuestra Señora de Oliveira, que alberga el valioso Museo Alberto Sampaio. A pasar los Palacios Municipales, coronados por almenas, la Praça de Santiago recibía a los peregrinos que en la Edad Media se dirigían a Compostela, al igual que hoy en día recibe a los residentes y turistas en sus restaurantes y terrazas. En Rua de Santa Maria, que sirve de unión con la parte alta de la ciudad, se encuentran el Convento de Santa Clara, la Casa del Arco y otras casas nobles.
Subimos por esta calle, o por la Av. Alberto Sampaio, flanqueada por restos de la antigua muralla que sigue en la parte alta de la ciudad, entre el Palacio de los Duques de Bragança y el castillo. Al llegar a lo alto del castillo encontraremos el mencionado palacio, monumento del siglo XV en el que podemos observar la influencia de la arquitectura señorial francesa, el Monumento a Don Alfonso Henríquez, la románica Capilla de San Miguel y, por último, el castillo, que data del siglo X y que está íntimamente relacionado con la fundación de Portugal.
Castelo de Guimarães © Direção Cultural da Região Norte
Aún queda por conocer otro punto importante de Guimarães, por lo que volvemos a bajar hasta Largo do Toural, con su chafariz del siglo XVI. La Rua D. João I, que en la Edad Media era la vía de acceso a Oporto, cuenta con casas antiguas con balaustradas de madera y fachadas del siglo XVII. Al rodear la Iglesia del Convento de Santo Domingo, ya en Rua de Paio Galvão, nos encontraremos el edificio neo-románico del Museo Arqueológico Martins Sarmento, que llega hasta el claustro del convento. Un poco más adelante se encuentra el edificio del antiguo mercado municipal, en el que actualmente se encuentra la Plataforma das Artes y el Centro de Artes Internacional José de Guimarães, que ofrece una retrospectiva de la obra de este famoso artista, natural de la ciudad.
Alejándonos un poco del centro merece la pena visitar el Palacio y Centro Cultural Vila Flor, y sus jardines colgantes con las Casas de Fresco y decoraciones rococó. También hay que mencionar la iglesia barroca de Nuestra Señora de la Concepción y de los Santos Pasos, en un extremo de Largo da República do Brasil.
Para disfrutar de otra vista de la ciudad, podemos subir en teleférico al Monte de Penha, que nos brinda una de las panorámicas más bellas del norte de Portugal y donde también se encuentra el concurrido Santuario de Nuestra Señora de Penha.