Arqueología

Situada a pocos kilómetros de Guimarães, en la cima del monte de São Romão, sobre el valle del río Ave, la Citânia de Briteiros sorprende por su belleza paisajística y por ser uno de los asentamientos protohistóricos más expresivos de la Península Ibérica, por el tamaño y la monumentalidad de sus murallas, su urbanismo y su arquitectura. 

Las huellas aún incipientes de la organización de una "ciudad" son claramente visibles en el yacimiento, en las calles protegidas por un conjunto de murallas, en cuyo interior se cobijaban viviendas de planta circular o rectangular, a veces dispuestas en pequeñas " cuadras", incluyendo refugios para el ganado.

La Citânia de Briteiros es uno de los yacimientos paradigmáticos de la Historia de la Arqueología Portuguesa y Peninsular. Su estudio comenzó en 1874, cuando Francisco Martins Sarmento dirigió la primera campaña de trabajos arqueológicos, que continuó en los años siguientes.

En el siglo XX, las campañas de excavación, o de restauración, fueron retomadas por varios arqueólogos y, como resultado de los sucesivos trabajos, hoy en día puede verse una extensa zona en ruinas, tanto en la plataforma superior (acrópolis) como en la ladera oriental, pero el subsuelo del asentamiento sigue ocultando muchos secretos y valiosa información científica.

La fase inicial de utilización del monte de São Romão se remonta al Neolítico Final y al Calcolítico, cuando se tallaron varios paneles con grabados rupestres en los acantilados de granito de la parte este de la ladera. Como hábitat, la ocupación del yacimiento puede datarse a principios del primer milenio a.C., dentro del periodo designado como Edad del Bronce Atlántica. Sin embargo, la edad de oro del asentamiento se remonta al siglo II a.C., y siguió habitado tras la integración del noroeste peninsular en el Imperio Romano, durante los siglos I y II d.C. En el siglo X, se construiría una pequeña ermita cristiana en la acrópolis, entre los restos del antiguo asentamiento.

Las ruinas de la Citânia, su subsuelo y los objetos recogidos son testigos de milenios de historia. Diferentes materiales que atestiguan esta ocupación se pueden observar en el Museu da Cultura Castreja, en el Solar da Ponte, en Briteiros.