Castelo de Guimarães
Monumentos
La presencia del castillo evoca la mezcla de leyenda, poesía y heroísmo que rodea los principios de la historia nacional. Sobre este Monte Largo - ´alpis latitus´ en el latín de los documentos de la época - se desarrolló el núcleo del futuro Portugal.
Mumadona, condesa gallega, mandó construir en este lugar, en torno al año 968, un castillo donde la población se pudiese refugiar de los constantes asaltos de las hordas de vikingos, venidos de los mares del norte de Europa, así como de los musulmanes provenientes de los territorios ocupados por ellos al sur.
Cuando el Conde Henrique recibió de su suegro, Afonso VI de León, el gobierno de la provincia portucalense, mandó construir otra edificación más amplia y sólida, que se convirtió en el principio del importante conjunto defensivo que vemos hoy, dominado por la torre del homenaje cuadrangular, situada entre las cuatro torres que flanquean las murallas en sus ángulos.
Aunque este no esté históricamente documentado, es muy probable que el edificio que se encuentra adosado a la parte interna de la muralla norte fuese la residencia del Conde D. Henrique y lugar del nacimiento de su hijo Alfonso Henriques, primer rey de Portugal.
Al castillo está unida la historia militar de la fundación del reino en los diversos combates en los que Afonso Henriques se enfrentó, en 1127, con su primo Alfonso VII, rey de León, para librarse del vasallaje que le debía. También está unida a la abnegación de su ayo, Egas Moniz, que se ofreció como aval de la palabra del infante cuando éste, viendo que no conseguía vencer el asedio de Alfonso VII, prometió convertirse en su vasallo, renegando de la promesa al salir vencedor de la contienda.
Hasta finales del siglo XIV el castillo de Guimarães presenció heroicos combates para la defensa de la integridad del joven reino de Portugal, sacudido por disputas dinásticas con Castilla que hacían que su independencia se viese amenazada. Con el nacimiento de las nuevas armas de artillería, el castillo de Guimarães, como tantos otros, conoció el principio del fin de sus glorias. Abandonado a la dejadez del tiempo y de los hombres, fue ciudadosamente restaurado en la primera mitad del siglo XX, recuperando su grandiosidad y belleza originales.
4800-412 Guimarães
10h00 - 18h00 (última visita a las 17h30)
Cerrado: 1 Enero, Domingo de Pascua, 1 Mayo y 25 Diciembre