Restaurantes y Cafés

Edificio centenario situado en una de las angostas calles del centro de Portalegre, que fue hospedería, carnicería, tienda de ultramarinos y taberna, hasta que Lourenço Mourato la adquirió en 1985, transformándola en restaurante de cocina tradicional portuguesa con fuerte influencia regional en el 2001. Deprisa se convirtió en un referente de la gastronomía de la región que ha sabido evolucionar, especialmente en la presentación de los platos, aunque preservando los sabores de toda la vida. Y así sigue, regentada por Luís Mourato, hijo de su fundador. El espacio, pequeño y acogedor, tiene cierto encanto con sus arcos de ladrillo, la decoración alusiva a la fiesta brava, las típicas sillas alentejanas de anea, las mantelerías de tela y también las buenas cristalería y cubertería. 

Desde el punto de vista gastronómico, es un restaurante de carnes, en el que predominan las de toro de bravo y de cerdo alentejano, muy bien elaboradas. Pero toda la carta merece aprecio, empezando por los entrantes con productos típicos de Portalegre, como el queso de cabeza, la cacholeira cocida o el tocino frito, y los de fuera, como el jamón ibérico. En los platos principales sobresalen la brocheta de toro bravo, el cocido de garbanzos con rabo de toro, los riñones de cerdo alentejano y los asados al horno: mogote de cerdo alentejano, carrillera de novillo bravo y lacón. Las propuestas reposteras son todas irresistibles: caramelos de huevo de Portalegre, fartes, sericacia con Ciruela de Elvas DOP, fidalgo y otras tentaciones conventuales. Carta de vinos del Alentejo, centrada en Portalegre. Servicio atento y simpático.