Ruta histórica de las Linhas de Torres
Con más de 200 años de historias, las Linhas de Torres Vedras representan la lucha de Portugal por la soberanía a inicios del siglo XIX, durante las Guerras Napoleónicas.
La región de Torres Vedras desempeñó un papel esencial en las líneas de defensa de la ciudad de Lisboa contra las tropas francesas de Napoleón, que intentaban avanzar para tomar la capital del reino. Construidas en secreto en 1809 por orden del Primer Duque de Wellington, que comandaba las tropas inglesas que contaban con Portugal como aliado, se ganaron fama como uno de los mayores sistemas de defensa efectiva de Europa.
Su objetivo consistía en construir un conjunto de fortificaciones que ocupase los puntos más estratégicos del norte de Lisboa, aprovechando las características topográficas de la región a lo largo de seis municipios: Arruda dos Vinhos, Loures, Mafra, Sobral de Monte Agraço, Vila Franca de Xira y Torres Vedras. En consecuencia, se construyó un sistema defensivo de tres líneas de torres, con un total de 152 reductos y 600 piezas de artillería, defendido por cerca de 140.000 soldados.
La primera línea abarcaba una extensión de 46 km entre Alhandra, en la margen del río Tajo, y el océano Atlántico, pasando por Torres Vedras. La segunda línea se encontraba a 13 km hacia el sur y la tercera protegía el puerto de São Julião da Barra, ya en la desembocadura del río, en Lisboa. Existen datos sobre la existencia de una cuarta línea ubicada en la península de Setúbal para evitar las incursiones desde el sur, aunque sea poco conocida.
Puede realizar el recorrido de las Linhas de Torres en coche o explorar los pequeños senderos que, además de las fortificaciones, atraviesan diversos puntos de interés militar, religioso, natural, arqueológico y cultural, como los molinos de vientos que servían de puestos de vigilancia avanzados. Más information en www.rhlt.pt.
El Museo Municipal Leonel Trindade constituye una parada obligatoria para conocer las armas y uniformes de la época, los mapas y una interesante reconstrucción en tres dimensiones del complejo defensivo de las Linhas de Torres. No se pierda tampoco el Castillo de Torres Vedras, de origen árabe, ni el Fuerte de S. Vicente, que fue el centro neurálgico de la defensa contra las tropas napoleónicas, que nunca lograron superar la primera línea de torres en la tercera invasión.
En Mafra, no deje de visitar el Convento, uno de los monumentos más importantes del barroco portugués y un símbolo del reinado absolutista de D. Juan V. Estratégicamente situado en la segunda línea de defensa, fue ocupado por las tropas del General Junot en la primera invasión francesa de 1807 y, un año después, reocupado por el ejército inglés, que mantuvo allí su cuartel general hasta 1828.
Nota histórica
Recordando brevemente la historia de las Linhas de Torres, nos remontamos a 1809, cuando el Príncipe Regente D. Juan VI y la corte portuguesa se habían refugiado en Brasil y la nación vivía amenazada por la posibilidad de una tercera ocupación francesa. Antes, cuando Portugal desobedeció la orden de Napoleón de bloquear los puertos marítimos a los barcos ingleses, el General francés Junot había ocupado Lisboa a finales de 1807 y el General Soult la ciudad de Oporto. Ambos fueron expulsados del territorio por el ejército luso-británico bajo el mando de Sir Arthur Wellesley, Primer Duque de Wellington, y del Mariscal Beresford, al amparo de la alianza entre ambos países.