Ruínas de Conímbriga
Ruínas de Conímbriga
Arqueología
La antigua ciudad romana de Conímbriga es uno de los yacimientos arqueológicos más ricos de Portugal.
Uno de los yacimientos arqueológicos más ricos de Portugal, Conímbriga tuvo origen en un castro celta de la tribu de los Conii, a finales de la Edad de Hierro. Ocupada por los romanos desde 139 a.C., su población fue totalmente romanizada y, bajo el mandato del emperador Augusto, en el s. II d.C. fue cuando la ciudad conoció su esplendor, con la construcción de termas públicas y un Foro, cuya reconstitución se puede ver en el Museo.
Con la decadencia del Imperio, a finales del s. IV, se elevó una monumental muralla defensiva, lo que no impidió el asalto de la ciudad por los suevos, en 468, y el consecuente declive de Conímbriga, que se fue desertificando y los habitantes que quedaron se trasladaron a Condeixa-a-Velha, más al norte.
Las grandes excavaciones llevadas a cabo a lo largo del s. XX revelaron un valioso y complejo conjunto de edificios, incluyendo termas, un acueducto que recorre más de 3.400 metros desde la fuente, y restos de una basílica cristiana, probablemente del s. VI.
El visitante no dejará de maravillarse al contemplar las casas nobles que conservan un magnífico suelo de mosaicos policromados, destacando la casa de Cantaber, residencia típica del s. III y una de las más amplias en todo el mundo romano occidental y la casa de los “Repuxos”, con un área de 569 m2 pavimentada con mosaicos, ornamentada con vistosos cuadros que ilustran temas mitológicos y de la vida cotidiana, cuyo peristilo central ajardinado con juegos de agua la hacen única.
Uno de los yacimientos arqueológicos más ricos de Portugal, Conímbriga tuvo origen en un castro celta de la tribu de los Conii, a finales de la Edad de Hierro. Ocupada por los romanos desde 139 a.C., su población fue totalmente romanizada y, bajo el mandato del emperador Augusto, en el s. II d.C. fue cuando la ciudad conoció su esplendor, con la construcción de termas públicas y un Foro, cuya reconstitución se puede ver en el Museo.
Con la decadencia del Imperio, a finales del s. IV, se elevó una monumental muralla defensiva, lo que no impidió el asalto de la ciudad por los suevos, en 468, y el consecuente declive de Conímbriga, que se fue desertificando y los habitantes que quedaron se trasladaron a Condeixa-a-Velha, más al norte.
Las grandes excavaciones llevadas a cabo a lo largo del s. XX revelaron un valioso y complejo conjunto de edificios, incluyendo termas, un acueducto que recorre más de 3.400 metros desde la fuente, y restos de una basílica cristiana, probablemente del s. VI.
El visitante no dejará de maravillarse al contemplar las casas nobles que conservan un magnífico suelo de mosaicos policromados, destacando la casa de Cantaber, residencia típica del s. III y una de las más amplias en todo el mundo romano occidental y la casa de los “Repuxos”, con un área de 569 m2 pavimentada con mosaicos, ornamentada con vistosos cuadros que ilustran temas mitológicos y de la vida cotidiana, cuyo peristilo central ajardinado con juegos de agua la hacen única.
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Dirección:
Conímbriga Condeixa-a-Nova