Monumentos

En el Largo de Jesús, en el centro histórico de Setúbal, encontramos el Convento que le dio el nombre. El templo fue construido gracias a un voto de Justa Rodrigues Perera, ama del rey D. Manuel I, para acoger a un grupo de monjas franciscanas, de la Orden de Santa Clara.
El autor del proyecto fue Boitaca, uno de los arquitectos preferidos de la Casa Real en la época y uno de los primeros que trabajó en el Monasterio de los Jerónimos.

Aunque sufriese graves daños con el terremoto de 1755 y haya sido reconstruido, el edificio aun conserva muchos elementos del estilo inicial, entre los cuales se destacan, en la fachada de la iglesia, el portal y las grandes ventanas de estilo manuelino.

El interior de la iglesia es tipo salón con naves de la misma altura, apoyadas en columnas torsas. El coro alto estaba destinado a las monjas de clarisas, único lugar desde el que podían asistir a la misa pues pertenecían a una orden de clausura.
Las bóvedas de crucero de ojiva son ejemplos admirables del estilo manuelino.
La Capilla Mayor está revestida de azulejos verdes y blancos, datados del s. XVI.
En las paredes laterales podemos ver paneles de azulejos del s. XVII con escenas de la vida de la Virgen.

Las dependencias conventuales están en este momento ocupadas por el Museo de Setúbal. Entre las obras se distingue la colección de los llamados Primitivos de Setúbal, pintores portugueses del s. XVI, imprescindibles para el conocimiento de la historia de la pintura en Portugal.