Plaza de Geraldo y Iglesia de Graça
Plaza de Geraldo y Iglesia de Graça
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De la plaza donde se encuentra la Catedral sale la calle 5 de Octubre que nos lleva directamente a la Plaza de Geraldo.
En esta calle encontrará uno de los escasos vestigios de la muralla goda de la ciudad: la torre de Selaria.
Flanqueada en su parte norte por un conjunto de soportales medievales, la Plaza de Geraldo es el lugar de encuentro ciudadano, animado por simpáticas terrazas y donde se impone un bello chafariz en mármol del siglo XVI, culminado en una corona de bronce. Se dice que las ocho carrancas, también de bronce, corresponden a las calles que desembocan en este espacio.
En su extremo norte el Cardenal D. Henrique ordenó derribar un pórtico romano con tres arcos de triunfo y construir en su lugar la iglesia de San Antón, consagrada en 1563.
Bajo el límpido cielo del Alentejo, salga de esta plaza central a descubrir una historia antigua que se refleja en el laberinto de las calles, donde ojos atentos no dejaran de notar portales góticos, ventanas manuelinas o unos soportales que llevan a la frescura de un patio.
Los mismos topónimos dilucidan la crónica de la ciudad: de sus personalidades (calle Vasco da Gama, de Mestre Resende, de Serpa Pinto), de los oficios (calle de los Sastres, de los Mercaderes), de la relación con los señores de la villa (calle de las Armas del Cardenal), de las comunidades (Morería, Judería) o incluso del espíritu humorístico del pueblo (Mal-Barbado -sin apenas barba-, Cicioso -el que susurra o cecea-, beco do Beiçudo -Callejón del Morrudo-).
Si prefiere un itinerario más elaborado, salga de la Plaza de Geraldo por la calle de la República hasta desembocar a la izquierda en una plazuela donde se yergue la Iglesia de Nuestra Señora de Graça, un original monumento manerista.
Al salir de esta plazuela hacia la derecha en dirección a la Plaza 1º de Mayo, se encontrará con la Iglesia de San Francisco, uno de los ejemplos más significativos del estilo gótico-morisco que caracteriza tantos monumentos en el Alentejo, y en el Jardín Municipal podrá contemplar lo que queda del Palacio de San Francisco.
En esta calle encontrará uno de los escasos vestigios de la muralla goda de la ciudad: la torre de Selaria.
Flanqueada en su parte norte por un conjunto de soportales medievales, la Plaza de Geraldo es el lugar de encuentro ciudadano, animado por simpáticas terrazas y donde se impone un bello chafariz en mármol del siglo XVI, culminado en una corona de bronce. Se dice que las ocho carrancas, también de bronce, corresponden a las calles que desembocan en este espacio.
En su extremo norte el Cardenal D. Henrique ordenó derribar un pórtico romano con tres arcos de triunfo y construir en su lugar la iglesia de San Antón, consagrada en 1563.
Bajo el límpido cielo del Alentejo, salga de esta plaza central a descubrir una historia antigua que se refleja en el laberinto de las calles, donde ojos atentos no dejaran de notar portales góticos, ventanas manuelinas o unos soportales que llevan a la frescura de un patio.
Los mismos topónimos dilucidan la crónica de la ciudad: de sus personalidades (calle Vasco da Gama, de Mestre Resende, de Serpa Pinto), de los oficios (calle de los Sastres, de los Mercaderes), de la relación con los señores de la villa (calle de las Armas del Cardenal), de las comunidades (Morería, Judería) o incluso del espíritu humorístico del pueblo (Mal-Barbado -sin apenas barba-, Cicioso -el que susurra o cecea-, beco do Beiçudo -Callejón del Morrudo-).
Si prefiere un itinerario más elaborado, salga de la Plaza de Geraldo por la calle de la República hasta desembocar a la izquierda en una plazuela donde se yergue la Iglesia de Nuestra Señora de Graça, un original monumento manerista.
Al salir de esta plazuela hacia la derecha en dirección a la Plaza 1º de Mayo, se encontrará con la Iglesia de San Francisco, uno de los ejemplos más significativos del estilo gótico-morisco que caracteriza tantos monumentos en el Alentejo, y en el Jardín Municipal podrá contemplar lo que queda del Palacio de San Francisco.