Adega Velha
Restaurantes y Cafés
Se ha convertido en una institución en Mourão. Todo el mundo conoce la Adega Velha por su taberna que alegra a los hombres de la villa, las viejas radios que decoran las salas o las tinajas que, en el pasado, conservaron los vinos de producción propia. Al mito también contribuyeron los viejos techos abovedados, los imponentes armarios, que hoy sirven como aparadores y que pertenecieron a una tienda de ultramarinos, los espejos centenarios y las fotos o cuadros evocativos de la región. Y, ante todo la buena mano que Maria dos Anjos tiene para la cocina y que usa a favor de los tradicionales aromas alentejanos.
En la mesa, bien servida como manda la región, lo primero es el pan de la zona, recién horneado y apetitoso, las aceitunas pequeñas y bien aliñadas, junto con el Queso de Évora DOP o el queso fresco de cabra. Queso curado de oveja o lomo embuchado de cerdo alentejano también están en la lista de entrantes. Entre los platos principales, sobresale la sopa de cazón, el cocido de garbanzos y la sopa da panela, con las carnes y embutidos aromatizados por la hierbabuena, aroma de la tierra. El lomo de cerdo asado al horno, la perdiz a la Adega Velha y la liebre guisada son otros de los platos de una carta que prácticamente es la misma todo el año, salvo en Semana Santa, en la que se introduce el popular cordero.
Y para rematar la comida, tres postres a base de huevos y azúcar, como manda la tradición: rançoso, manjar real y encharcada.
Acompañan la comilona, los vinos tintos, producidos por el propietario, directamente de la tinaja, aunque es posible optar por el blanco, en los días de más calor. El servicio es familiar, amable y competente.
12:30 - 15:30; 19:00 - 21:00
En verano a la cena: 19:00 - 23:00
Cerrado domingo a la cena y los lunes
Especialidad
Cocido de garbanzos, elaborado a partir de las mejores carnes: manita de cerdo, chorizo, cacholeira, costillar y panceta, servidos en un cuenco de barro. Acompañado de garbanzo cocido con judías verdes, calabaza, patata y zanahoria, todo ello aromatizado con hierbabuena, la planta del lugar.
Valor añadido
El cante alentejano. Cuando menos lo esperas, los asiduos de la taberna hacen uso de sus dotes vocales, regalando a los comensales un concierto gratuito, genuino y espontáneo.