Restaurantes y Cafés

Se presenta como Bodega-Restaurante y cualquiera de las denominaciones son adecuadas. Ocupa un espacio muy pintoresco dividido en tres salones: el principal con una enorme altura de techo, que es de madera, pavimento antiguo de barro cocido, paredes blancas, sillas y mesas de madera maciza, y siete grandes tinajas de barro alineadas a la derecha ocupando toda la longitud del salón; de aquí se llega a uno más pequeño y recogido, con muebles tradicionales alentejanos; y desde este se pasa al tercero, más simple, pero no menos acogedor, al que da la cocina, que es amplia y bien organizada, también hay una terraza exterior. Merece la pena visitarlo. Las tinajas, además de ser muy decorativas, también tienen su utilidad, porque todavía sirven para hacer vino, vino de tinaja. De ahí el nombre de bodega, de la misma forma que la buena comida le hace merecedor de la designación restaurante.

La carta es muy extensa y, más que el número de delicias, sorprende su variedad, sobre todo en lo que se refiere a las especialidades, caza y platos vegetarianos. Entre los favoritos, como entrantes, hay: quesos y embutidos de la tierra, torreznos de rissol y revuelto de gurumelos o gurumelos al horno; como plato principal: cocido de garbanzos, ensopado de cordero, alubias con cardo (puede ser un plato vegetariano o llevar carne de cerdo, en cualquier caso, lo que lo distingue es el aroma y el sabor de las plantas aromáticas), carne de alguidar con guarnición de migas con espárragos y açordas de tomate y de perdiz; todos los postres son caseros: encharcada, pastel de requesón, tocino de cielo y sericaia. Dispone de una carta de vinos con cerca de cincuenta caldos de una docena de productores, todos ellos del concejo de Vidigueira. Servicio simpático.