Restaurante Castro da Cola
Restaurantes y Cafés
Después de pasar Ourique, en dirección al sur, se ve una placa que indica el desvío a Nossa Senhora da Cola, Castro da Cola (circuito arqueológico) y restaurante. Para los amantes de la buena mesa es obligatorio dirigirse al restaurante Castro da Cola, para degustar los platos tradicionales del Alentejo y, al mismo tiempo, disfrutar la calma y la belleza del paisaje. El restaurante se encuentra en un lugar mítico, junto al Santuario de Nossa Senhora da Cola y uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país, Castro da Cola, en una ladera del río Mira. Las instalaciones son muy acogedoras, tanto en el salón principal con paredes blancas, chimenea, manteles bordados y ambiente intimista, como en el lounge, orientado hacia el exterior, luminoso, alegre y relajado. Es un lugar discreto, pero lleno de encanto.
La cocina es un archivo de sabores del Alentejo. Diversas son las sugerencias para comenzar la comida: jamón, caña de lomo de cerdo alentejano, torreznos, oreja de cerdo con cilantro, queso de oveja, requesón con mermelada de calabaza o con miel. Después nos encontramos dos opciones de pescado ineludibles, que son la açorda alentejana de bacalao con huevo y la sopa de cazón, y un abanico más amplio de propuestas de carne, como el ensopado de cordero, que es un himno al Alentejo por la sencillez y riqueza de aromas y de sabores, el cocido de garbanzos, que es otro desafío para los sentidos, las migas a la alentejana con carne de cerdo frita y la cabidela de gallina del campo, entre otros platos típicos, todos con buenos productos de la región, bien elaborados y presentados. Repostería tradicional de excelente calidad. Carta de vinos alentejanos bien seleccionados.
12:00 - 15:00; 19:00 - 21:00
Cerrado los martes y miércoles
Especialidad
Ensopado de cordero, que conquista por su sencillez: carne tierna y desgrasada y sin pieles, aceite de oliva, cebolla, ajo, vino blanco y agua, se deja cocinar, se añade hierbabuena, y se sirve sobre pan casero alentejano. Es un auténtico manjar.
Valor añadido
Es difícil imaginarse un lugar así: acogedor, tranquilo, bonito, en perfecta comunión con la naturaleza, en el que la cocina también es natural, el servicio delicado y la convivencia armoniosa.