Con más de 850 kilómetros, la costa portuguesa es una gigantesca playa ideal para surfear. No hay otra costa en el mundo que ofrezca un número tan elevado de spots para practicarlo a tan corta distancia y por eso se suele decir que, en Portugal, las olas siempre están garantizadas. 

Aderezadas con viento favorable y mucho sol durante todo el año, estas olas perfectas, a veces incluso mágicas, proporcionan una experiencia única a los amantes de diversos deportes. Surf, bodyboard, windsurf, kitesurf o paddle surf, numerosas son las modalidades para disfrutar del oleaje atlántico que eleva los niveles de adrenalina más allá de lo imaginable.


Photo: Arquivo Turismo de Portugal

De las olas gigantes de Praia do Norte en Nazaré, buscadas por los más intrépidos, a la constancia de las olas perfectas de Carcavelos, Ericeira o Peniche, muchos son los lugares elegidos por los surfistas. Y estos no se limitan al entorno de Lisboa. Existe una gran variedad, ya sea más al norte en Figueira da Foz, Espinho y Viana do Castelo, o hacia el sur, en la costa alentejana y en la zona de Sagres, e, incluso en Azores y Madeira. 

Los amantes del bodyboard tienen en Praia Grande, en Sintra, una referencia obligatoria. Este lugar forma parte de todas las rutas y acoge anualmente una prueba del campeonato mundial de la modalidad, pero el litoral norte o la costa occidental del Algarve también han ganado presencia en las preferencias de los adeptos.


Photo: Costa da Caparica ©Anabela Lucas|Câmara Municipal de Almada

Guincho es la “meca” portuguesa del windsurf y ya ha contado con la presencia de los mejores windsurfistas mundiales. El viento y las olas garantizan espectáculo a los espectadores y placer a quien se encuentra dentro del agua. Aquí el kitesurf también está ganando cada vez más adeptos, que también visitan otras playas: Carcavelos, Costa da Caparica o más al norte, en las zonas de Aveiro o Viana do Castelo.

Pero hay muchas otras actividades para aprovechar las condiciones que ofrecen el océano, los ríos y los lagos. Desde las tradicionales a las novedades provenientes de lugares lejanos o fruto de la imaginación de quienes las practican, el abanico de posibilidades que garantizan diversión e, incluso, emociones fuertes, es amplio. Lo más difícil será decidirse…

Photo: Garajau (Madeira) ©Francisco Correia|AP Madeira

Una de las modalidades que ha adquirido más popularidad es el stand up paddle. Y como se puede practicar en cualquier superficie de agua con una profundidad mínima, por todo el país se pueden encontrar lugares adecuados, tanto en el mar como en ríos, lagos, lagunas y embalases. Muy cerca de Lisboa, en Oeiras o en las playas de Parede y de Pescadores en Cascais, es habitual ver a gente remando de pie sobre las tablas. Otros lugares bastante populares son Lagoa de Óbidos, Figueira da Foz, la zona de Viana do Castelo y la isla de Madeira. También cabe destacar el Algarve, especialmente la playa de Faro, en la que ya se han celebrado pruebas de esta modalidad.

Photo: Algarve ©Pedro Reis|Turismo do Algarve

Deslizarse sobre el agua con la ayuda de un motor puede ser aún más emocionante por las velocidades que se alcanzan. Además del jetski, muy popular en gran parte de las playas y embalses portugueses, el esquí acuático también se practica a lo largo de toda la costa, especialmente en el mar de las islas de las Azores y de Madeira, y en los embalses. Del gran lago del Alqueva en el Alentejo a los embalses del norte de Portugal, las opciones son numerosas. En el Algarve también encontramos otra versión, el parasailing, en la que podemos volar en paracaídas remolcado por un barco y que nos elevará la adrenalina al máximo. Muchas son las actividades que, llevadas por las olas y el viento, nos garantizan diversión en estado puro.