Rout-E: Descubrir Portugal en moto eléctrica
Hoy en día, es inevitable pensar en la movilidad sostenible y adoptar medios de transporte con bajas o nulas emisiones de CO2, ya sea en lo que hacemos cada día o para seguir viajando, pero reduciendo la huella de carbono de los desplazamientos.
En el proyecto Rout-E, proponemos cinco itinerarios de norte a sur del país -Porto y el Norte, Centro de Portugal, Lisboa, Alentejo y Algarve- que muestran rutas y lugares que caracterizan lo mejor de este país. Montados en una moto eléctrica, dando visibilidad a una forma diferente de viajar, desvelamos lo que descubrimos en un viaje en el que lo sostenible y lo espontáneo fueron las palabras clave, junto con una oferta diversa y auténtica fuera de los centros de atracción habituales de las grandes ciudades.
Súmate a esta idea e inspírate para realizar tu viaje sostenible por Portugal.
Porto y Norte
El Duero y sus viñedos nos invitaron a una ruta panorámica, que siguió hasta los Pasadizos del Paiva, y de ahí al exuberante paisaje de Frecha da Mizarela. Llegar a Porto en moto eléctrica fue el lema perfecto para visitar una de las creaciones más recientes de la ciudad, el World of Wine, pero también para descubrir el antiguo Monasterio de Serra do Pilar, en Vila Nova de Gaia.
Centro de Portugal
El Centro de Portugal es una región extensa, llena de lugares donde la historia ha pasado y donde ahora se crean nuevos recuerdos, siempre en vehículos sostenibles. Desde los grabados rupestres de Foz Côa hasta el pueblo de Castelo Rodrigo, los monumentos históricos inundaron la vista, en una sucesión que luego recorrió 100 km hasta Belmonte. De camino, los deslumbrantes Pasadizos del Mondego merecían una parada, en una ruta que reservaba sorpresas a los pies de la Serra da Estrela, entre fábricas de burel y queso que despiertan los sentidos.
Lisboa
Visitar Lisboa de forma sostenible es inusual, pero perfecto para conectar el pasado lejano, los barrios históricos de Belém y Baixa Pombalina, con la renovación de la ciudad para el siglo XXI, como se anuncia en el Parque das Nações. El recorrido continuó hacia el norte, aprovechando que es la única capital europea con playas atlánticas. Era prácticamente obligatorio seguir el camino del mar pasando por Estoril, Cascais y Guincho, parando en Azenhas do Mar, Mafra y Ericeira, en uno de los recorridos más apreciados de la costa portuguesa.
Alentejo
El Alentejo surgió en llanuras salpicadas de amarillo, una región llena de secretos y lugares que conservan su espíritu centenario. La ruta puede comenzar en el refugio costero de Comporta y seguir hacia el sur, pasando por castillos que cuentan historias del estoicismo de quienes los habitaron. Pueblos encalados, como Santa Susana, o de esquisto, como Monsaraz, abren caminos a grandes ciudades como Évora y Beja, cuyas calles dejan huella en la imaginación de quienes las visitan.
Algarve
Al sur, el Algarve sigue siendo un destino imprescindible y una referencia para el slow travel: partiendo de las reservas de sal de Castro Marim y siguiendo las tierras más conocidas de este paraíso tan portugués, desde Loulé hasta Portimão, pasando por Silves. La histórica ciudad de Lagos reveló sus sorpresas, de camino a un destino final en Sagres, cerca del punto más occidental del Algarve y el más al sudoeste del país.
En un compromiso basado en la sostenibilidad social, económica y medioambiental, Portugal es un destino de paisajes que destaca por la valorización y preservación de su patrimonio cultural, con los brazos abiertos a todos los que quieran descubrirlo.
Ahora comienza una nueva ruta sostenible: ¡es hora de emprender un viaje de descubrimiento!