Monção
Monção
Localidade
Ciudad fortificada en la orilla del Río Miño, tierra de las Termas y del Alvarinho, fue en tiempos pasados el escenario de múltiples combates entre los reinos de Portugal y Castilla... Su nombre suevo Orosion fue traducido al latín como Mons Sanctus que evolucionó al portugués como Monção. En 1291, el rey portugués D. Afonso III le concedió el privilegio foral y, en 1306, D. Dinis ordenó que se construyese el viejo castillo defensivo, cuyas murallas aun acogen a los visitantes.
Asomándose al río Miño, desde sus agradables azoteas y miradores, como la terraza de los Neris, nadie diría que fue palco de feroces combates entablados en otros tiempos entre los reinos de Portugal y Castilla. Y, menos aun, que en ellos se distinguieron con bravura tres mujeres: Deuladeu Martins, Mariana de Lencastre y Helena Peres. Hoy, el recuerdo de los buenos y de los malos se revive en la llamativa tradición popular de la Fiesta de la Coca, celebrada todos los años el Jueves, día del Corpus Cristi.
Las murallas del s. XVII abrigan el centro histórico, donde los monumentos como la Iglesia Matriz, la Iglesia de la Misericordia y la Iglesia de Santo Antonio de los Capuchos tienen un lugar destacado. En su exterior, las Caldas de Monção completan la visita a la ciudad, con sus aguas terapéuticas.
En los alrededores, la Iglesia de Longos Vales, exquisito ejemplo de la arquitectura románica, y el noble Palacio de la Brejoeira, donde se produce el famoso vino verde Alvarinho, también integran el patrimonio de Monção.
Asomándose al río Miño, desde sus agradables azoteas y miradores, como la terraza de los Neris, nadie diría que fue palco de feroces combates entablados en otros tiempos entre los reinos de Portugal y Castilla. Y, menos aun, que en ellos se distinguieron con bravura tres mujeres: Deuladeu Martins, Mariana de Lencastre y Helena Peres. Hoy, el recuerdo de los buenos y de los malos se revive en la llamativa tradición popular de la Fiesta de la Coca, celebrada todos los años el Jueves, día del Corpus Cristi.
Las murallas del s. XVII abrigan el centro histórico, donde los monumentos como la Iglesia Matriz, la Iglesia de la Misericordia y la Iglesia de Santo Antonio de los Capuchos tienen un lugar destacado. En su exterior, las Caldas de Monção completan la visita a la ciudad, con sus aguas terapéuticas.
En los alrededores, la Iglesia de Longos Vales, exquisito ejemplo de la arquitectura románica, y el noble Palacio de la Brejoeira, donde se produce el famoso vino verde Alvarinho, también integran el patrimonio de Monção.