Restaurantes y Cafés

En una típica callejuela de Évora, dentro de las murallas, nació hace más de 40 años una tasca que pronto se hizo notar, gracias a la calidad de las tapas preparadas por la cocinera y propietaria, Olívia Prates. Evolucionó tan rápido que adquirió el estatuto de restaurante y se convirtió en referente de la gastronomía local y alentejana. Las instalaciones son sencillas y de buen gusto: pequeño salón a la entrada con una mesa redonda, muestrarios de confitería conventual y vinos, barra, cocina a la vista y, adyacente, un salón más espacioso y acogedor. El ambiente es tan familiar que los clientes se sienten más en casa de la familia Prates que en un restaurante.  

La cocina es de sabores caseros con productos de gran calidad, e incluye pescado fresco del mar. De sus primeros tiempos están los buñuelos de bacalao, a los que se suman los huevos revueltos con espárragos trigueros, las empanadillas de gallina, los champiñones (o en su tiempo, gurumelos y trufas), torreznos de rissol, lomo embuchado de cerdo alentejano, Queso Serpa DOP y Queso de Évora DOP, en una extensa y apetitosa lista de entrantes. Otro tanto ocurre con los platos principales, entre los que sobresalen, en los pescados: las sopas de cazón y de mero, el arroz de bacalao a la vieja usanza y el lenguado a la parrilla con arroz de almejas y cilantro; en las carnes: carrillada de cerdo alentejano al horno, solomillo de cerdo alentejano y carne de cerdo alentejano con almejas; en la caza: arroz de liebre y perdiz estofada con repollo. Como postre, dulces conventuales y regionales: fidalgo, pão de rala, sericaia, turrón real, entre otros, todos ellos elaborados por las manos de Doña Olívia, que tienen magia. Excelente carta de vinos, el 90% del Alentejo. Servicio atento y simpático.