Cerca de 3.000 km de cascadas para seguir y explorar, descubriendo paisajes que dejan sin respiración en un encuentro único con la Naturaleza.emás de sus bellezas naturales, Madeira tiene otra belleza para ofrecer no menos sorprendente: la grandiosa obra de su sistema de irrigación – las cascadas.

Estos cursos de agua son el documento vivo de un esfuerzo titánico de los antepasados para repartir por las laderas y valles el agua abundante que brota de las nacientes en la cima de las sierras. Se integra en un conjunto de zonas protegidas, entre las cuales destacan el Parque Natural de Madeira y el Parque Ecológico de Funchal.

La mayoría de los recorridos son accesibles para todo el mundo, aunque existen varios grados de dificultad, por lo que se aconseja consultar a los profesionales de la zona y las publicaciones específicas sobre el tema, así como el uso de equipamiento apropiado.

Además de las rutas pedestres que proporcionan, en ocasiones las cascadas son las únicas vías de acceso a determinados lugares tan aislados que verdaderamente merecerán una visita. Fuera de las carreteras principales, descubrimos el alma de la isla recorriendo algunas de estas cascadas.

Estos magníficos paseos nos ofrecen la oportunidad de vislumbrar paisajes que dejan sin respiración en un encuentro perfecto con la naturaleza. Desde el azul profundo del mar hasta el verde de las altas montañas, ¡la emoción está garantizada desde los 0 metros a los 1862!

Entre cascadas y veredas, disfrutamos de las mejores panorámicas que proporciona la exuberante naturaleza de Madeira. ¡Un verdadero tónico para el día a día!