La “Consoada” y la Misa del Gallo
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Antes del día de Navidad, la Iglesia Católica aconseja el ayuno. Pero, tras la Misa del Gallo, la mesa está repleta de manjares, carnes y dulces tradicionales para la cena realizada en familia. Esta costumbre se denomina Noche de la Consoada.
La palabra Consoada designa un pequeño aperitivo que se toma al final de un día de ayuno y deriva del latín “consolare” que significa reconfortar. En el norte de Portugal (Miño, Oporto y Guimarães) es costumbre guardar, en la mesa de la Consoada, lugares para los familiares recientemente desaparecidos, o bien, dejar la mesa puesta y el fuego encendido durante la noche, para reconfortar y calentar sus almas.
Tradicionalmente se cena bacalao u otro pescado, dejando las siguientes comidas para saborear la carne. En muchas localidades del sur, se realiza la matanza del cerdo unos días antes, cuyas carnes y embutidos enriquecen la mesa de Navidad.
Durante las fiestas, se incluyen en el menú el Roscón de Reyes y los buñuelos (realizados a base de huevos harina, azúcar y levadura, espolvoreados con azúcar y canela). El Roscón de Reyes se modela en forma de corona, relleno y decorado con frutos secos y frutas cristalizadas. Entre los fritos tradicionales destacamos los “filhozes”, los “coscorões”, las “velhozes”, los “sonhos”, las “azevias” (rellenas de garbanzos) y las rebanadas.
Después de la cena, la costumbre cristiana dicta que se asista a la Misa del Gallo, donde los amigos se encuentran y se desean felices fiestas a toda la comunidad. La Misa del Gallo se integró en las celebraciones de la Navidad durante el s. V. Se celebra a media noche, hora designada por «in galli cantu», y era la primera misa de tres que componían la liturgia del día de Navidad.
Durante la Misa del Gallo se visita el Belén, montado para la ocasión y, tras la comunión, todos se dirigen al altar para el acto de «besar al Niño Jesús», a veces acompañados de cantos litúrgicos.