Aunque todo el archipiélago de las Azores es precioso y merece ser visitado, debido a su proximidad, Pico, Faial y São Jorge forman el denominado “Triangulo” del Grupo Central del archipiélago, que incita a atravesar el mar para conocer a los vecinos.
El Triángulo: Faial en primer plano, al fondo a la derecha Pico y, a la izquierda, extendiéndose entre el mar y el cielo... São Jorge. Ninguna de estas tres islas se parece a las otras, cada una tiene unas características únicas, pero todas se complementan. La proximidad entre ellas, así como las numerosas conexiones marítimas existentes, hacen de este “triángulo” un destino fascinante y sorprendente.
La empresa Atlanticoline realiza la conexión marítima durante todo el año. La frecuencia de los viajes varía según la época. Se tarde unos 30 minutos en cruzar el canal entre Horta (Faial) y Madalena (Pico) y existen entre 4 y 6 conexiones diarias. Un recorrido alternativo conecta Horta y Velas (São Jorge) haciendo escala en São Roque (Pico). Utilizar estos barcos es una manera fácil y económica de viajar entre las islas y tiene como aliciente poder disfrutar de unas vistas alternativas y espectaculares, además de que, a veces, permite avistar delfines.
Durante los meses de mayo a septiembre, los puertos del “triángulo” reciben la visita del Express Santorini, operado por Atlanticoline, un barco equipado con camarotes que realiza una larga ruta que pasa por ocho islas de las Azores, de Santa Maria a Flores. La posibilidad de transportar vehículos —desde automóviles de diversas clases hasta remolques, motos 4x4, motos de agua y bicicletas—, hace de este crucero una excelente opción para desplazarse cómodamente entre los grupos occidental, central y oriental.
Aunque todo el archipiélago de las Azores es precioso y merece ser visitado, debido a su proximidad, Pico, Faial y São Jorge forman el denominado “Triangulo” del Grupo Central del archipiélago, que incita a atravesar el mar para conocer a los vecinos.
El Triángulo: Faial en primer plano, al fondo a la derecha Pico y, a la izquierda, extendiéndose entre el mar y el cielo... São Jorge. Ninguna de estas tres islas se parece a las otras, cada una tiene unas características únicas, pero todas se complementan. La proximidad entre ellas, así como las numerosas conexiones marítimas existentes, hacen de este “triángulo” un destino fascinante y sorprendente.
La empresa Atlanticoline realiza la conexión marítima durante todo el año. La frecuencia de los viajes varía según la época. Se tarde unos 30 minutos en cruzar el canal entre Horta (Faial) y Madalena (Pico) y existen entre 4 y 6 conexiones diarias. Un recorrido alternativo conecta Horta y Velas (São Jorge) haciendo escala en São Roque (Pico). Utilizar estos barcos es una manera fácil y económica de viajar entre las islas y tiene como aliciente poder disfrutar de unas vistas alternativas y espectaculares, además de que, a veces, permite avistar delfines.
Durante los meses de mayo a septiembre, los puertos del “triángulo” reciben la visita del Express Santorini, operado por Atlanticoline, un barco equipado con camarotes que realiza una larga ruta que pasa por ocho islas de las Azores, de Santa Maria a Flores. La posibilidad de transportar vehículos —desde automóviles de diversas clases hasta remolques, motos 4x4, motos de agua y bicicletas—, hace de este crucero una excelente opción para desplazarse cómodamente entre los grupos occidental, central y oriental.
Faial es una de las paradas obligatorias en la visita al grupo central, con su volcán de Capelinhos, su magnífica Caldeira cubierta de varios tonos de verde, sus campos de pastos rodeados de hortensias azules y las playas de aguas tranquilas. Especial atención merece la ciudad de Horta, cuya disposición recuerda a un anfiteatro orientado a las bahías, en la que se encuentra el puerto deportivo más conocido internacionalmente por marineros de todo el mundo, y la impresionante vista de la montaña de Pico. Tampoco se debe perder los paseos en barco para la observación de cetáceos.
Del otro lado del canal se encuentra la isla de Pico y su majestuosa montaña que alberga en su interior extensas y bien conservadas grutas volcánicas. En sus campos de lava se despliega un reticulado único de muros entre los cuales nace la viña, un paisaje considerado patrimonio mundial y en el que se produce el famoso vino verdelho que podemos degustar en sus bodegas. También cabe destacar las vistas de las islas de São Jorge y de Faial, y la observación de cetáceos. Todo ello hace que en esta isla exista un equilibrio casi perfecto entre la tierra agreste y el ingenio de la supervivencia, que permitió un cultivo singular.
São Jorge es una isla estrecha, con una cordillera en el centro y varias particularidades como las fajãs, pequeñas planicies que se prolongan en el mar, formadas por derrumbamientos del acantilado y que muchas veces solo son accesibles a través de caminos pedestres que atraviesan una naturaleza encantada. También cabe destacar su queso, único y famoso, que llega a pesar 12 kilos, las colchas de punto alto hechas en un telar de madera, la caldereta de almejas y una ola mítica.
Toda esta exuberancia hace de estas tres islas de incomparable belleza un destino de vacaciones único y sublime.