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En aquellos tiempos, todo este territorio estaba en poder de los moros, y los reyes cristianos de la Península, especialmente D. Afonso Henriques, primer rey de Portugal, se esforzaban por reconquistarlo para la cristiandad.

Hija del gobernador musulmán Abu Hasan, Salúquia era la prometida del joven alcaide del castillo. Asomadas a las altas ventanas de una de las torres, aguardaba la llegada de su prometido, que había partido para combatir contra los portugueses. Estos, sin embargo, avanzando a la conquista de la población, le tendieron una emboscada al joven moro y lo mataron, así como a sus compañeros. Se vistieron luego con sus trajes y gracias a este ardid consiguieron que les dejasen franquear las puertas del castillo.

Al darse cuenta del embuste, la bella Salúquia, que prefería la muerte a ser esclava y cautiva de los cristianos, se arrojó desde lo alto de la torre. Y con esta leyenda se explica el origen del nombre de Moura (mora).