Surf en Portugal: Déjate llevar por la corriente
Portugal por... Condé Nast Traveler
Como una pizarra plagada de chinchetas. Cada una marcando un spot soñado. Eso es el mapa de Portugal para un surfero, que encuentra en sus 800 kilómetros de costa (más las islas) un auténtico parque de diversiones lleno de loops, montañas rusas y vertiginosos tiovivos que dan la vuelta al corazón. De norte a sur. Seleccionamos los mejores lugares. Para que elijas el que más te guste, o, simplemente, para que te dejes llevar por la corriente (marina).
1- Ericeira
Está en la nariz de Portugal. A dos pasos de Sintra y Lisboa. Y es una freguesia del municipio de Mafra. Además de un pueblo de pescadores con mucho encanto, de esos de iglesitas alrededor de un burruño de callejas desordenas y casas encaladas, Ericeira ha sido declarado reserva mundial de surf, con tres spots surferos que se escriben en mayúsculas: el de Praia do Coxos, una cala pequeña y recogida donde solo se atreven los más valientes, que van al amanecer para conseguir las mayores olas (pueden llegar hasta los 5 metros); el de Ribeira d’Ilhas, una playa ambidiestra (tiene buenas izquierdas y derechas) protegida por acantilados que acoge el Campeonato Mundial de Surf; y el de Reef, enclave de fondos rocosos, con buenas olas durante todo el año.
Para explorar la zona, te recomendamos que te alojes en el Ericeira Sound resort (http://www.ericeiraecosound.com). Es un complejo de bungalows ecofriendly donde podrás cocinar con los vegetales de su propia huerta y pasar unas vacaciones dejando cero (o muy poco) impacto en el planeta. Para tomar algo informal mientras te empapas del ambiente surfero, nada mejor que los chiringuitos de la playa de Ribeira d’Ilhas.
2. Peniche
Una maciza muralla medieval, remodelada en el siglo XVII, y que hizo las veces de cárcel en el siglo XX, es el monumento más destacado del pueblo pesquero de Peniche. En pocos kilómetros a la redonda, podrás elegir más de una docena de lugares donde surfear a tus anchas independiente de tu destreza sobre la tabla. Consolaçao, por ejemplo, con olas muy potentes provocadas por sus fondos rocosos, está hecha a la medida de los surfers de nivel intermedio. Palabras mayores implica echarse al agua en la deSuper Tubos, que tiene el nombre ganado a pulso por sus famosas izquierdas que rozan la perfección. Puede que las mejores de todo Portugal, por eso aquí se celebra el campeonato del mundo de surf – WTC.
Entre ola y ola, y para recuperar energía, acércate al puerto para ver como descargan los barcos (es el segundo puerto pesquero de Portugal), y prueba sus sardinas, su atún o su langosta, en el restaurante Nau dos corvos, enclavado sobre un promontorio mirando al mar. En Peniche tampoco te puedes perder las fiestas nocturnas ni los conciertos de los chiringuitos. Haz una excursión al pequeño archipiélago de Ilha Berlenga, sobre todo si te gusta el submarinismo. Un paseo en barca te llevará al Furado Grande, un túnel marino que desemboca en una maravillosa calita (Cova do Sonho) rodeada de paredes de granito rojo y que tiene una gruta (la Gruta Azul). No podrás creer que el color de su agua sea real.
3. Nazare
Es aquí, en Praia do Norte y no en ningún otro lugar del mundo, donde el hawaiano Macnamara surfeó la ola más alta jamás cabalgada: 30 metros. Esta era especialmente gigante (el mismo la definió como “avasalladora”), pero no una excepción, porque, durante todo el año (y muy especialmente en invierno), se dan condiciones excelentes para los big riders, que lo han convertido en su meca personal. Es normal que las olas lleguen hasta 10 metros, pero si no te atreves a tanto, puedes tomar el sol en Praia do Salgado, varios kilómetros, dunas y acantilados, donde se practica el nudismo.
4. Costa Vicentina (Algarve)
Además de ser uno de los litorales mejor conservados de Europa, es la zona más surfera de todo Portugal, con más de 20 spots de primera y playas salvajes y poco concurridas, aderezadas con buena marcha nocturna en un ambiente relajado e informal. Hay opciones para todos: la espectacular Arrifana, a la que se llega tras bajar unas empinadas escaleras, y Carrapateira serán tu opción si lo que buscas es mejorar tu técnica, mientras que si eres principiante, lo ideal es que optes por apuntarte a algunas de las escuelas que hay en la tranquila Praia do Amado para dar tus “primeros pasos”.
En cuestión de aprés surf, no hay ninguna duda, el pueblo más animado de la zona es Sagres, con un buen puñado de bares como el Pão de pita, con música en directo, o el surfero Waring, donde tomar una cerveza con los que ves en traje de neopreno durante el día. No te pierdas los paquetes de yoga y surf que hacen en el hotel Memmo Baleeira.
5. Madeira y Azores
Pero el surf en Portugal no solo se da en la costa peninsular. En Madeira es bien conocida la ola de Jardim do Mar, gigante, poderosa, y solo apta para los más prof. Las olas de Azores, concretamente en las islas de Sao Jorge e Sao Miguel, son izquierdas muy largas que rompen sobre fondo de cantos rodados, lo que les da una fuerza especial y, quizás, el secreto mejor guardado de los surfistas portugueses.