En pleno océano Atlántico, las Azores son un archipiélago de nueve islas de naturaleza en estado puro y uno de los mayores santuarios de ballenas del mundo.
Entre especies residentes y migratorias, comunes o no, en sus aguas se pueden ver más de 24 tipos diferentes de cetáceos. Además de las comunidades residentes como los delfines comunes y arroaces, con los que se puede nadar, hay ballenas que utilizan las Azores como ruta de migración. Los delfines manchados, los cachalotes, el rorcual norteño y la ballena barbada son más frecuentes en verano. La ballena azul puede avistarse con facilidad hacia el final del invierno. Una cosa está garantizada: sea cual sea la estación del año, siempre habrá descubrimientos esperándole.
Las Azores son un ecosistema de características únicas con aguas en las que abundan los peces, por lo que no es de extrañar que en el pasado la pesca de la ballena fuese una actividad importante en muchas de las islas. Actualmente, la tradición ballenera se ha convertido en una actividad turística muy valorada, motivo por el cual existen varios puntos de partida, repartidos entre varias islas, que sirven de base para quien desee contactar con estos encantadores mamíferos, dando un nuevo significado al antiguo grito de: “¡Ballena a la vista!”.
En la isla de São Miguel, especialmente en Ponta Delgada y Vila Franca do Campo, existen diversos operadores especializados en la observación de cetáceos durante todos los meses del año. En el canal entre las islas de São Miguel y Santa Maria, en los meses de primavera, es habitual el avistamiento de ballenas azules, el mayor animal sobre la faz de la tierra, con cerca de 30 metros y hasta 150 toneladas.
En pleno océano Atlántico, las Azores son un archipiélago de nueve islas de naturaleza en estado puro y uno de los mayores santuarios de ballenas del mundo.
Entre especies residentes y migratorias, comunes o no, en sus aguas se pueden ver más de 24 tipos diferentes de cetáceos. Además de las comunidades residentes como los delfines comunes y arroaces, con los que se puede nadar, hay ballenas que utilizan las Azores como ruta de migración. Los delfines manchados, los cachalotes, el rorcual norteño y la ballena barbada son más frecuentes en verano. La ballena azul puede avistarse con facilidad hacia el final del invierno. Una cosa está garantizada: sea cual sea la estación del año, siempre habrá descubrimientos esperándole.
Las Azores son un ecosistema de características únicas con aguas en las que abundan los peces, por lo que no es de extrañar que en el pasado la pesca de la ballena fuese una actividad importante en muchas de las islas. Actualmente, la tradición ballenera se ha convertido en una actividad turística muy valorada, motivo por el cual existen varios puntos de partida, repartidos entre varias islas, que sirven de base para quien desee contactar con estos encantadores mamíferos, dando un nuevo significado al antiguo grito de: “¡Ballena a la vista!”.
En la isla de São Miguel, especialmente en Ponta Delgada y Vila Franca do Campo, existen diversos operadores especializados en la observación de cetáceos durante todos los meses del año. En el canal entre las islas de São Miguel y Santa Maria, en los meses de primavera, es habitual el avistamiento de ballenas azules, el mayor animal sobre la faz de la tierra, con cerca de 30 metros y hasta 150 toneladas.
En la isla Terceira, tanto en Angra do Heroísmo como en la playa de Vitória, encontrará diferentes ofertas para observar cetáceos, entre las que destacan los establecimientos turísticos que ofrecen programas que alían alojamiento con actividades marinas. De las múltiples especies cuyas rutas de migración hacen posible su avistamiento desde esta isla, destacamos las imponentes ballenas azules que pasan, en primavera y otoño, entre Terceira y São Jorge.
Con São Jorge y Pico, Faial forma el llamado Triángulo y, actualmente, en la ciudad de Horta se encuentra uno de los centros más dinámicos de observación y estudio de cetáceos del archipiélago. Varios de los operadores de observación de cetáceos presentes en Horta tienen como guías a científicos y técnicos relacionados con la Universidad de las Azores, institución que cuenta allí con sus principales centros de estudio e investigación, y que, junto con otras universidades internacionales, lleva a cabo varios programas de estudio de las poblaciones, migraciones y rutas de estos grandes animales marinos.
Pico es la isla con la tradición ballenera más arraigada de las Azores, con operadores en Madalena, en Lajes y en Santo Amaro. Podemos conocer esta historia en los diferentes museos y centros etnográficos en los que se perpetúan las artes tradicionales de esta actividad, entre los que destacan el Museo de los Balleneros y el Centro de Artes y Ciencias del Mar – SIBIL, en Lajes, y el Museo de la Industria ballenera, en Santo Amaro.
Con una explicación para todos aquellos que deseen participar en esta aventura, el skipper prepara debidamente en tierra la salida al mar. En esta explicación se indican las diferentes especies que se podrán avistar, la forma en la que transcurrirá el viaje y las precauciones que hay que tomar para no interferir con la vida marina.
No se desanime si el mar no permite realizar el paseo de observación de cetáceos. En tierra existen varios museos y centros de interpretación, principalmente en las islas de Pico y de Faial, que sirven de interesante y cautivadora guarida. Otra posibilidad es visitar las torres de vigilancia de ballenas, repartidas por puntos estratégicos de las diferentes islas y que ofrecen panorámicas sorprendentes.
En la observación de cetáceos hay momentos que solo se suceden una vez en la vida, por eso no se olvide de la cámara de fotos y capture ese encuentro único… ¡tenga por seguro que es una experiencia fantástica que gustará a toda la familia!